Salir adelante
En oportunidades el cine acerca propuestas que desnudan situaciones llevadas a la pantalla con anterioridad y que, inevitablemente, pueden ser evocadas al momento de pararse frente a ellas. El caso de Apóyate en mí (Lean on Pete, 2017), película motivacional, cuadra en este planteo desandando los pormenores de Charlie (Charlie Plummer) y su caballo Pete, que buscan salir adelante pese a todos los obstáculos que se les presentan.
El best seller de Willy Vlautin, llevado al cine por Andrew Haigh (Fin de semana, 45 años), transcurre en la América profunda, alejada de los neones y el éxito, y en donde el rodeo, el trabajo en el campo y los tiempos muertos (como así también la falta de dinero), expulsan hacia los márgenes a los individuos y sus sueños.
Recientemente, y con otro conflicto, Sin nada que perder (Hell or High Water, 2016) también reflexionaba sobre ese grupo de personas que la industria cinematográfica jamás toma como punto de partida para sus historias. Gente de márgenes que en la cotidianeidad de sus días, con un tiempo que nunca avanza, la posibilidad de progreso es negada y la ilegalidad o la delincuencia se vislumbran como única salida.
A diferencia de esa propuesta, en Apóyate en mí Charlie es uno de los afectados, pero busca salir adelante pese a que la realidad le diga lo contrario y lo impulse a bajar los brazos. Viviendo con su padre (Travis Fimmel), un hombre conflictivo y que sólo atiende a su hijo si se trata de la escuela o su alimentación, Charlie intenta cumplir con sus obligaciones y siempre busca algo más. La dirección de Andrew Haigh refuerza esta decisión de avanzar con bellos planos que recuerdan muchas de las puestas de sus películas anteriores.
Cuando conoce al dueño de una serie de caballos de carrera (Steve Buscemi) comenzará una relación con Pete, un equino al que debe cuidar para mantenerlo (y mantenerse) y con quien se encariña desde un primer momento, y ante la posible separación de éste, decide emprender un viaje iniciático en donde juntos se enfrentarán a la adversidad del destino.
El guion hábilmente construye a Charlie como un héroe, algo necesario para seguir con un relato que está plagado de golpes bajos y situaciones límites que radicalizan las acciones que se presentan. La historia avanza por laberintos insospechados en donde la ilegalidad son aún peores que la realidad en la que vive, dividiendo en dos los actos: en el primero se presentan los personajes con detalle para luego, en el segundo con formato de “road movie”, se profundiza la tenacidad y fuerza interior del joven pese a todo.
Con algunas obviedades y la constante búsqueda de emocionar a fuerza de música incidental, Apóyate en mí funciona porque se apasiona por sus personajes, los muestra bellos en medio de la miseria que atraviesan. En particular Charlie, quien se descubre en la vulnerabilidad para luego fortalecerse cada vez que las amenazas lo acechan.
Charlie Plummer logra una sólida actuación como ese joven que a pesar de todo decide avanzar mirando hacia el futuro, buscando las posibilidades desconocidas que aún tiene, transmitiendo su carga interna y dolor, pero también su alegría y sus ganas de seguir adelante.