En su ópera prima el director Derick Martini da en el clavo con la elección de los 70 como la época en la que transcurre su historia. El dato sirve para comprender el comportamiento de un adolescente que exhibe sus temores ante su primera relación amorosa. También para explicar una crisis familiar que incluye a un padre vencido por el alcohol y a una madre que quiere hacer todo por su hijo. Ese ambiente hogareño enrarecido choca contra los cosquilleos que provoca en el jovencito una chica desprejuiciada que lo obnubila con sus promesa de revelarle los secretos del sexo. Al volver a casa un hermano mayor, alistado en el ejército, la visión del chico cambia y puede vislumbrar con mayor claridad cuál será el camino a recorrer en el futuro. Una buena historia enmarcada por una época que hoy se parece a un pasado demasiado remoto.