Una opera prima tardía que llega con un nombre que no vale la pena ni deletrear y una historia que mantiene un clima hinóptico por momentos sobre lo que vendrá.
Su director Derick Martini, escribió este guión junto a su hermano Steven y más allá que no sepamos si hay cierta biografía oculta, se percibe que quién pensó esta historia es alguien joven, porque eso se refleja en todo el filme.
La historia de Scott, muy bien protagonizado por el menor del clan Culkin: Rory, un joven adolescente que vive en Long Island en la década del 70 y que está enamorado de su amiga de toda la vida: Adrianna (Emma Roberts). Su padre (Alec Baldwin) es un inversor inmobiliario que vive un matrimonio frustrado con la madre de Scott, Brenda (Jill Hennessy) y se acuesta con Melissa (Cynthia Nixon, la pelirroja de Sex on the City) , madre a su vez de Adrianna y mujer de Charlie (un genial Timothy Hutton). Un hombre que sufre la enfermedad de Lyme — a la que hace referencia el título original de la película (LymeLife) y que es causadapor unas garrapatas que tienen los ciervos que habitan la zona — que no tiene trabajo y se la pasa encerrado en el sótano de la casa haciéndole creer a todo el mundo que sale a entrevistas laborales. Y está Jimmy (Kieran Culkin, el de Scott PilgrimVs el Mundo) , hermano de Scott que viene a visitarlos antes de partir a las Islas Malvinas y que sólo huye para escapar de la cruda realidad que sería vivir cerca de los suyos.
Con esta presentación y este cruce entre los personajes, surge una historia sobre un adolescente que está luchando con sus problemas tipos de la edad, sumado la frustración por tener una familia disfuncional, un padre infiel y una amiga que es todo para él y que será su conexión a tierra en todos los aspectos, además de ser la chica de sus sueños.
La cinta es realmente muy interesante, las actuaciones son impecables – admito que Hutton es uno de los actores que más quiero en la industria del cine– y su actuación me ha gustado mucho, los hermanos Culkin hacen papeles muy interesantes (gracias a dios no salieron a Macaulay). A Rory no lo tenía muy presente y creo que su papel de adolescente afrontando su sexualidad y la desilusión de que la vida no es tan como creemos que es, está muy bien logrado. Mientras que Kieran, luego de su papel de amigo gay de Scott Pilgrim, a demostrado que tiene mucho para dar. Su lucimiento acá es corto pero creo que muy efectivo para el relato.
Baldwin, es un punto a parte, nadie duda del talento de este caballero, que además es productor del filme. La escena del techo con su hijo es noble y tan real como cualquier padre puede sentir cuando las obligaciones pueden más con uno, que lo que uno puede hacer con ellas. Una escena perfecta. Si hablamos de buenas escenas, la del acto sexual es realmente de las mejores que he visto en largo tiempo sobre sexo en etapa inicial, lejos de las mentiras que nos presentan las clásicas películas mainstream que la primera vez es un canto a la vida. Una escena intimista, real, emotivamente sincera, como si los actores estaban ahí consumiéndose por primera vez.
Sin dudas, el gran destaque del filme es su casting. La historia es interesante y sólida, pero no se caracteriza por ser muy original. Cumple perfectamente con los tiempos narrativos tensos o de mucha presión, acompañado por una banda sonora muy buena que contempla temas de Bad Company, Elton John, Frank Sinatra, entre otros. Un detalle no menor, Martin Scorsese es su productor ejecutivo.