Autoayuda en tono de comedia.
Google es una de las empresas más grandes del mundo, y en eso todos tenemos que estar de acuerdo por mera objetividad. También sabemos, según nos cuentan, que las oficinas detrás del Gran Buscador son unas de las más divertidas, cómodas y sofisticadas para trabajar. Pero entrar a trabajar allí no es ningún juego, metafóricamente hablando, ya que si es un juego. Un juego muy complicado. Casi como Los Juegos del Hambre, pero con nerds expertos en C++ y Java. Eso es lo que intenta mostrarnos Aprendices Fuera de Línea (The Internship, 2013), pero esto queda opacado por la historia de los protagonistas, dos cuarentones venidos a menos que ven su futuro en Google, pese a no tener idea de cómo se vacía la papelera de reciclaje.
Obviamente, la historia de los protagonistas debe opacar el entorno. Pero en este caso, el entorno es mucho más divertido que las permanentes moralejas y tonterías que nos dejan Owen Wilson y Vince Vaughn cada vez que aparecen. Es decir, todo el tiempo. Y es que una comedia alrededor del ingreso a Google es divertida. Pero una comedia así, que intenta enseñarnos autosuperación y adaptación a entornos hostiles, no.
La historia nos cuenta cómo dos vendedores de relojes quedan desocupados en tiempos en que el mercado no está buscando exactamente gente de cuarentaytantos con experiencias tan lejanas a las formas de comunicación modernas. Pero el soñador Billy (Vaughn) descubre que su futuro y el de su amigo Nick (Wilson) podría estar tranquilamente en Google ¿Por qué elige esto?... Porque las oficinas son lindas y divertidas. Nada más.
Cuando viajan comienzan las desventuras típicas de dos personas que no saben ni cómo terminar un solitario en un contexto de jovenes genios que se burlan de ellos. El chiste "soy viejo" se agota a los 10 minutos, y después es solo repetición.
Una vez en Google, ellos son puestos en el equipo de perdedores, y como nos podemos imaginar, al principio los odian y todo sale mal, pero luego descubren el significado de trabajar en equipo y bla, bla, bla.
Es decir, Aprendices Fuera de Línea es una película que vimos 200 veces, pero con la diferencia que le sacaron toda la gracia posible para dejarla sencillamente como una clase de autosuperación para cincuentonas que no tienen nada que hacer en casa. Los pocos chistes efectivos que tiene se pierden en la marea de solemnidad y de consejos inútiles. Si van a buscar algo en Google, que sea cómo evitar encontrar esta película en cable dentro de un par de meses.