Mirá lo que te digo
Víctor Kesselman, director debutante, publicista y artífice de una idea, en apariencia, poco vinculada al cine, propone en Aprox un híbrido de documental y ficción; su finalidad es demostrar la relevancia de los gestos y por qué, a diferencia de las palabras, ellos nunca mienten. Quizá sea su demora en salir a luz, con el consecuente anacronismo de los celulares y monitores que se muestran, junto al escenario, natural para Kesselman, de una agencia publicitaria, y un humor absurdo, lo que hace de Aprox un trabajo que emerge fuera de contexto con lo que actualmente ocurre en el cine argentino (y, quizá por eso, intermitentemente entrañable). Las intermisiones del autor entre escena y escena, para demostrar su teoría gestual mediante gráficos y flashbacks, recuerdan a algunos trabajos de El Pampero Cine (la productora de Mariano Llinás), mientras que tanto la estética como el humor remiten a cierta lógica picaresca del cine durante la primavera alfonsinista. A través de su estructura desarticulada, Aprox pretende un estatus experimental, pero es más bien un capricho de autor para ser disfrutado u odiado.