Sólida realización para retratar un personaje rico en matices compuesto con singular verosimilitud
Tener un carácter duro, ser autoexigente, con una personalidad delineada y forjada para ser una gran campeona, tanto en el deporte como en el trabajo, es lo que recibió Molly (Jessica Chastain) durante su infancia por parte de su padre Larry (Kevin Costner), un importante psicólogo que también fue su entrenador.
Lo que no sabían ambos, es que, durante una importante competencia, un insólito accidente terminaría con la carrera de esquiadora que tenía la chica, con sólo 22 años.
La relación entre ellos nunca fue un lecho de rosas, así que la protagonista de éste relato aprovechó su forzoso retiro deportivo, para mudarse a una zona más calurosa, alejarse de todo y de todos, y empezar su vida desde cero.
Basada en una historia real el exitoso guionista Aaron Sorkin dirige su ópera prima, retratando el ascenso y caída de la que se llamó “la princesa del póquer”, Molly Bloom, quien organizó en hoteles de lujo, mesas de juego donde iban actores de primera línea de Hollywood, grandes empresarios, deportistas famosos, etc que no tenían inconvenientes en apostar sumas millonarias, aunque sabían que podían perderlas.
Molly, gracias a su gran inteligencia, supo entender cómo se juega, que reglas de convivencia debía pactar con sus invitados, y logró armar su negocio de forma independiente, después de ser una empleada de otro garito.
La película va y vine en el tiempo. Utiliza muchos flashbacks para comprender mejor al personaje. El guión, no sólo manipula la historia verdadera, para que pueda ser cinematográficamente contada, sino que genera una inmediata identificación con ella.
Como lo bueno dura poco, el FBI la detiene, le decomisa todos sus ahorros, y contrata a un abogado llamado Charlie (Idris Elba) para que la defienda.
Lo más importante y atractivo de éste film no son las explicaciones didácticas que da Molly sobre las partidas de póquer, sino los diálogos que mantiene con su padre y, especialmente, con su abogado, los que son muy ingeniosos, y algunos, muy emotivos, que le dan mucha fluidez y dinamismo a la película.
Esto no hubiese sido posible sin la presencia de Jessica Chastain, que se luce en el personaje protagónico, tanto como Kevin Costner que demuestra todo su aplomo, experiencia y calidez para encarnar el padre, como asimismo Idris Elba componiendo a un abogado serio, responsable y riguroso, no sólo con el cumplimiento de la ley, sino también, con la educación de su pequeña hija.
Quedará la gran duda de si Molly montó su riesgoso negocio con el único objetivo de delinquir, o si creyó realmente que lo suyo era totalmente legal, donde no iba a tener consecuencias porque gracias a su inteligencia, habilidad y capacidad para lograr contactos con personas importantes y ricas, ella podría dominarlos y ser también una millonaria como ellos.