A pesar de contar con un elenco interesante, de presentar una fotografía saturada muy al estilo Guy Ritchie, y de arrancar su metraje de manera vibrante y generando interés, el filme va decayendo a medida que avanza, hasta convertirse en un thriller del montón, cargado de escenas rutinarias, diálogos ñoños y lugares comunes. Ni los momentos románticos, ni las secuencias de acción, logran levantar una historia que pudo haber sido una espectacular cinta de género, pero que termino derivando en una más del montón.