Por algún motivo difícil de establecer, a Marvel le ha ido últimamente mucho mejor que a DC Comics en el cine. Las producciones con superhéroes enfrentados o amigados (es decir “Batman vs. Superman” o “Liga de la justicia”) no resultaron convincentes para los fans de las historietas, y sin embargo como la taquilla habla, y quedan superhéroes para filmar, aquí tenemos a Aquaman.
Dirigida por James Wan, el experto en terror de “La noche del demonio” y “El juego del miedo”, esta película tiene buenos puntos en común con la mejor de las de DC comics recientes, “Wonder Woman”, en cuanto en que se las arregla bastante bien para conectar el mundo mítico del personaje central con la acción terrenal que es, finalmente, la que lo convierte en superhéroe.
El problema aquí es que la acción submarina, si bien propone imágenes notables, no ayuda en lo argumental, con diálogos y situaciones entre lo elemental y lo minimalista que no sostienen bien una película de casi dos horas y media de duración. Sin embargo, la trama sobre las intrigas imperiales de los reinos submarinos a los que pertenece el protagonista, Jason Momoa, no deja de tener su gracia, y el elenco esta repleto de nombres interesantes como Temura Morrison, Nicole Kidman, Willem Dafoe y el eterno resucitado Dolph Lundgren. Ahora sí, lo que está claro es que “Aquaman” tiene un único punto realmente fuerte, y es de las imaginativas escenas de super acción submarina.