Aquaman

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

En los 20 minutos finales, cuando Jason Momoa gracias a la bendición de Neptuno se digna a interpretar a Aquaman, en lugar de emular el Thor chistoso de Chris Hemsworth, la película de James Wan ofrece una oda comiquera épica que genera que le perdones todas sus falencias.
De esta producción me quedo con esa gloriosa última imagen que se congela antes de los créditos y me da la esperanza que el director, quien ya se sacó de encima la obligada historia de origen, pueda brindar en el futuro una adaptación más cercana a las raíces de este personaje.
El resto de la película si bien cumple con el entretenimiento se presta para el debate. Hay cosas que están muy bien logradas y otras que no terminan de funcionar.
Aquaman, quien lleva más de 75 años de vigencia en el arte de la historieta, es por lejos el personaje más vapuleado dentro del género de superhéroes. Siempre fue considerado el bobo que hablaba con los peces y brindó material para burlas en series de animación y memes de internet.
Aunque recién a mediados de los ´80 las historias de Arthur Curry adquirieron un perfil más dramático no fue hasta el relanzamiento del 2011, a cargo de Geoff Johns, que la imagen de este clásico fue restaurada.
Aquaman se estableció como el gran antihéroe de la Liga de la Justicia con una psicología mucho más compleja que logró destacar a este cómic entre las grandes propuestas de DC de estas últimas décadas.
Lamentablemente la película de Wan consigue trasladar la esencia pura del personaje a medias, a través de una película liviana pensada para el público infantil.
Algo que es entendible porque el estudio necesita recuperar su inversión.
En este proyecto el director enfocó toda su energía y talento en los aspectos visuales del film, donde consigue presentarle a los espectadores la enorme riqueza que tiene la mitología de Aquaman.
La reconstrucción de Atlantis y su cultura es de una opulencia visual impactante y en este punto encontramos la mayor fidelidad del esta producción hacia la historieta. Todo el trabajo que hicieron con el diseño de arte en la arquitectura de los edificios, las naves espaciales y en el vestuario con las armaduras la verdad que es brillante.
Wan le puso mucha pasión a este aspecto de su trabajo y en materia de acción, como era de esperarse, no defrauda en absoluto. Inclusive hasta se da el lujo en un momento de jugar con género de terror que impulsó su carrera.
Como suele ocurrir con esta clase de propuestas donde el CGI juega un factor clave, la película presenta algunas inconsistencias pero en general la calidad de los efectos digitales es muy buena.
La decepción de esta obra de Wan para mí es Jason Momoa.
El protagonista estanca a Aquaman en rol del forzudo bruto y nunca consigue darle vida al anti-héroe de DC, porque compone un personaje chato y lineal que hasta el clímax de la historia es un clon del Thor de Marvel.
El gigante bonachón que se la pasa haciendo chistes y no tiene ninguna complejidad. En Pantera Negra a T´Challa lo veíamos crecer a través de la caída y resurrección de su reino.
Aquaman en cambio no tiene ningún desarrollo y no se percibe ninguna diferencia notable entre lo que hace el actor en este film y el resto de sus trabajos en el cine. Momoa tiene carisma y eso no se discute pero es hora que empiece a darle otros matices a sus interpretaciones.
Henry Cavill y Gal Gadot al menos compusieron un personaje, el protagonista de este film hace siempre lo mismo y eso le resta mucho al rol principal.
Por otra parte, el retrato que se hace de Black Manta, el clásico enemigo del superhéroe, es directamente patético.
Un personaje interesante con un carácter complejo, debido a su ideología fundamentalista, que en la película terminó representado como el típico villano clase B de la serie de los Power Rangers y no le aporta nada a la historia.
El resto del reparto por suerte brinda una labor más decente donde sobresale especialmente Nicole Kidman como la princesa Atlanna, quien tranquilamente podría tener su propia película.
Patrick Wilson como Orm, el hemanastro del héroe, le da un poco de seriedad al film y tiene sus buenos momentos junto a Willem Dafoe y Dolph Lundgren, mientras que Amber Heard está correcta como Mera pero nunca se come el personaje y tampoco se muestra muy apasionada por el rol.
En esta obra de James Wan por momentos se nota una tensión entre dos producciones diferentes que pujan entre sí por tomar el control de la narración.
Por un lado hay una película interesante cuando se concentra en la mitología de Atlantis y sus cuestiones políticas y después está el film más familiar y exagerado, centrado en la comedia y la acción redundante, que no termina de funcionar.
Tras la quinta irrupción de los villanos con una explosión para acabar con los héroes, las peleas de Momoa se vuelven reiterativas y esto alarga la duración de la historia de un modo innecesario.
El humor en general es bastante pobre y parece muy forzado como si al director lo hubieran obligado a tener que hacer reír al público.
El tema es que todas estas objeciones surgen cuando te ponés a pensar la película, ya que a la salida del cine salís eufórico por ese acto final que levanta muchísimo una propuesta que se siente muy cómoda entre las convenciones del género.
De todos modos, después de Wonder Woman, que capturó mejor la esencia pura de la heroína, y el Man of Steel de Zack Snyder esto es lo mejor que presentó DC hasta el momento.
Lo positivo es que todas las debilidades del film tienen arreglo en potenciales continuaciones, debido a la riqueza que propone el mundo de Aquaman para narrar buenas historias.
Ojalá suceda.