In Wan we trust.
Había quienes tenían dudas sobre el resultado de Aquaman. Con un nulo desarrollo en Justice League, era cuestión de su película en solitario volver genial a un personaje que fue, por mucho tiempo, el blanco de las burlas. Y no ayudó el hecho de que la que debía ser su presentación con gloria se convirtiera en sinónimo de todo lo que había fallado dentro del Universo Cinematográfico de DC Cómics, con lo que tenía el peso adicional de corregir el curso o hundirse junto a los otros. Pero había que tener fe en James Wan. Desde hace tiempo digo que el realizador convierte en oro todo lo que toca…