Orgullo y prejuicio adolescente.
La directora Jenny Gage se pone al mando de su primer largometraje de ficción con After: Aquí empieza todo, una película protagonizada por Josephine Langford y Hero Fiennes Tiffin basada en la saga escrita por Anna Todd.
After… es una película hecha para adolescentes. Si hace un tiempo que pasaste esa fase, ya has visto esta película. ¿Entonces qué aporta esta película? Quizás una estética visual más moderna. La tan popular en redes sociales aberración cromática se utiliza (sin resultar exagerada) en muchos planos del film.
La historia la conocemos: chica buena conoce a chico malote. La paleta de color y ambientación ayudan exageradamente a recrear el tópico. Ropa clara y virginal para ella; cuero, tatuaje y negros para él. Por momentos parece que Tessa Young (Josephine Langford) se marcará “un Sandy” (Grease) o un “Miley Cyrus”, y dejará de lado su aspecto inocente para convertirse en la chica rebelde. Pero ese es probablemente el único cliché que no sigue esta película.
La trama parece estar creada por un algoritmo de referencias de éxito entre los adolescentes. Ninguna escena sorprende y hasta pueden hacerte resoplar de cursilería. No falta la patita de ella alzándose para darle un beso, un “no te merezco”, lluvia para enfatizar los momentos tristes, un puñetazo entre gallitos por proteger a la inocente y bella protagonista… Él hasta le enseña su “lugar secreto”, ese sitio donde cuando las cosas le van mal, le gusta ir para escuchar… [pausa dramática] el silencio.
La relación se forja desde el interés común por la literatura, casi como una afición marginal que los distingue y sitúa a otro nivel del resto de jóvenes de su entorno. La película menciona continuamente “Orgullo y Prejuicio”, un clásico donde se plantea el enamoramiento de una pareja de diferente estrato social.
Me preocupa precisamente que algunos de esos tópicos mencionados refuerzan comportamientos con los que tanto empeño se lucha hoy en día por eliminar. Las expectativas de protección del hombre en una relación, la violencia como recurso para marcar territorio, o la indefensión de la mujer ante el sexo masculino, son los más claros ejemplos.
La libertad sexual está presente con orgullo y naturalidad, al igual que el mensaje de “no hay que precipitarlo, surgirá cuando sea el momento”. Si el libro plantea las escenas sexuales al detalle, la película no es explícita en el tema y parece más que fueran rellenando tiempo entre secuencias, llegándose a hacer excesivo y algo incómodo.
La interpretación de los personajes no es muy remarcable ni consigue crear un sentimiento de química entre ellos. El personaje de Hardin Scott (Hero Fiennes Tiffin) se desarrolla desde la seriedad y misterio, y se apoya mucho en su mirada. La mayor sorpresa la he encontrado en la compañera de habitación de Tessa, interpretado por Khadijha Red Thunder. Aunque su papel es secundario, me gustaría verla en otra película como actriz protagónica.
La escena más memorable es sin ninguna duda la de la pareja en el lago. Una estética muy cuidada con unos planos de absoluta belleza, que se ve apoyada por una realización muy dinámica pero sencilla.
After... es una historia que nos traslada a la tan idealizada primera vez. A esa relación que marcará un antes y un después; que nos parecerá un todo y nos hará volar. Planteémoslo de la siguiente manera: imagina la saga Crepúsculo. Y ahora quítale todo lo que se podría considerar sobrenatural. Si esa esencia es la que buscas a la hora de ponerte en frente de la gran pantalla, tienes que ver After…, especialmente si has sido fan de la saga de libros.