La historia que filman los directores Affonso Uchoa y João Dumans tiene el secreto vuelo de las vidas ordinarias que al ser convertidas en relato se vuelven extraordinarias. En un barrio fabril de Ouro Preto, un adolescente encuentra el diario de un vecino. El Cristiano (Aristides de Sousa) cautivo en esas páginas dispersas se revela como un imprevisto aventurero, dueño de amores y tragedias, de una vida errante marcada por la soledad y la pérdida. La película se despliega en su honor con el mismo gesto de sorpresa y encantamiento que define a la mirada del joven André, convertido en el único lector de ese extraño peregrinaje. Filmada con el justo extrañamiento, Arábia demuestra que la sintonía con un personaje puede darse aun en esa discreta penumbra.