Argentina, 1985, ganadora del Premio del Público en el Festival de San Sebastián, es la segunda colaboración entre Santiago Mitre como director y Ricardo Darín como protagonista, donde interpreta al fiscal Julio Strassera. Y lo acompañan Peter Lanzani, Alejandra Flechner, Carlos Portaluppi y Norman Briski, entre otros.
La historia, coescrita entre su director y Mariano Llinás, se centra en la figura de Julio Strassera, y su desempeño dentro del juicio a los líderes de las Juntas Militares tras la firma del decreto del por entonces presidente Raúl Alfonsín. Quien junto al fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo (Lanzani) y un equipo de jóvenes abogados, deben trabajar a contrarreloj para conseguir las pruebas necesarias, y siendo víctimas de constantes amenazas anónimas.
En primer lugar, es necesario destacar el trabajo de Ricardo Darín, en la mejor actuación de su carrera, una vez más como el hombre común, que al igual que Román Maldonado de Luna de Avellaneda, encabeza una cruzada épica en reclamo de justicia. Construyendo un personaje complejo, que hace chistes para disimular sus temores, solo revelados a su esposa en un momento de intimidad. Dejando en claro que se trata de un ser humano que existió en realidad, y no de una figura mítica cuyas acciones no dan lugar a discusión y sus líneas de diálogo se reducen a una serie de frases célebres.
Porque el mayor acierto de su director radica justamente en esta humanización de todos los personajes, utilizando recursos propios del cine clásico de Hollywood. Lo que, sumado a un diseño de producción atento a los detalles de época, como los teléfonos públicos, y que evita caer en el cliché, capta con facilidad la atención de los espectadores. Permitiendo mediante efectivos gags verbales aliviar la tensión generada por las angustiantes situaciones, que transcurren a su vez en ambientes donde la abundancia de planos detalle y escasa iluminación generan una sensación de claustrofobia. A los que hay que sumarle el uso de recursos extra diegéticos, como las imágenes de archivo televisivo, y los créditos con formato de máquina de escribir
En conclusión, Argentina, 1985 es la mejor película de Santiago Mitre, ya que refleja con fidelidad cómo aconteció uno de los juicios civiles más importantes de la historia de nuestro país. Además de volvernos a recordar la necesidad de seguir haciendo efectivo aquel Nunca Más a la violencia política en la actualidad, sin distinción de ideología política.