Documental ficcionalizado sobre la historia de la animación argentina, "Argentina animada", de Victor Leali y Uriel Sokolowicz, funciona no solo como un recorrido por el archivo más tradicional. ¿Sabía usted que Argentina es el país que cuenta con el primer largometraje animado de la historia?
¿Sabía usted que en estas tierras contamos con una de las voces más reconocidas mundialmente en el mundo de la animación? ¿Sabía usted que ya es hora de derribar definitivamente la falsedad de que lo nuestro no sirve?
Argentina animada es un trabajo en esencia documental con la capacidad de funcionar a varios niveles. Decimos en esencia, porque en verdad, el guion de Esteban Echeverría, Luz Márquez, y Cecilia Kohen hace un esfuerzo por crear una historia ficcional, y por supuesto animada, para hilvanar el material de archivo y crear el marco necesario.
En "Argentina animada" no hay entrevistas a investigadores, menos a involucrados o herederos; tampoco hay una voz en off, y (casi, ya verán por qué) no hay placas informativas; todos recursos típicos del documental. Lo que hay es una historia, con personajes que realizan una búsqueda y respuesta. Antares es un Dragón animado en 3D al que aún no han delineado su fondo, por lo que transita en un plano blanco.
Buscando su ubicación, traspasa la barrera (de modo inverso a lo que hizo Homero Simpson en el recordado capítulo de "La casita del horror") y entra al mundo de la bidimensionalidad. Él cree que es un personaje real, adora su tridimensionalidad y por lo tanto la añora, quiere regresar a ella.
En el 2D se encuentra a César, un ratón antropomorfo con un léxico algo extraño, como que atrasa un par de décadas. Juntos deciden buscar ayuda, una respuesta a esta disyuntiva entre el 3D y el 2D, ¿y quién mejor para dar esa respuesta que Eustaquio, el búho sabio? Finalmente, a estos tres, que emprenden la búsqueda del origen, se les une otro personaje, El jefe, en blanco y negro, que se expresa sólo mediante placas.
Cada uno de estos cuatro seres representa una época diferente, la actualidad, los años ’80, los inicios de la producción masiva, y las primeras animaciones del cine mudo. ¿Cuál es el origen? "El apóstol", de Quirino Cristiani, el primer largometraje animado del mundo, y es argentino, y maravilló hasta a Walt Disney. Argentina animada demuestra que la animación no necesariamente es asunto de chicos.
"El apóstol" es un film de contenido político; y en su raigambre institucional, la animación también tuvo claroscuros a través de cortos que sirvieron como adoctrinamiento para la caza de bruja de subversivos, entre otras cosas. Todo eso, y más, está en "Argentina animada"; que se dedica principalmente a recorrer aspectos no tan conocidos de nuestra animación.
Lo que quizás no esté, llamativamente, sea lo más conocido, salvo un fragmento a "Upa en apuros" y una referencia aleatoria a Manuel García Ferré, no hay en este recorrido pasajes de hechos bien populares.
La razón de esto puede ser un tema de derechos de autor (juega con el archivo general de la nación), o una intencionalidad de bucear por aspectos menos conocidos. Lo cierto es que, aunque sorpresiva (sobre todo en cuanto a material actual), esa “ausencia” de algún modo funciona.
La historia que se cuenta no funciona tanto narrativamente, tampoco es que se esfuerce demasiado en hacerlo, la idea es que sea práctica para que los personajes puedan funcionar como guías frente al espectador (sobre todo Eustaquio y El jefe).
De otro modo, la propuesta se hubiese limitado a una acumulación de archivo – en el que los faltantes se hubiesen evidenciado más –, o incluir entrevistas a estudiosos que ya conocemos de otros trabajos (involucrados sería difícil por los años tan grandes que abarca).
Desde otra perspectiva superior, "Argentina animada" también nos habla del ser argentino. Habla del poco respeto que se tuvo durante décadas (y ahora regresó) a la preservación de nuestro archivo cultural; y en general del poco conocimiento y cariño que se tiene hacia lo nuestro.
El típico “Si es argentina, es mala”. Habla de los “accidentes”, y los años de persecución y aniquilamiento… de material. "Argentina animada invita a conocer parte de nuestra historia desconocida, como cultura de animación, y como país en sí, con luces y sombras. Se analizarán los hechos y las razones. Veremos que gran parte de ese trayecto histórico se recorrió de la mano de las publicidades (hecho que también ocurrió con el cine tradicional, cuando la producción de largos se pone en peligro, como sucede actualmente); y cómo se lo ha utilizado a modo de bajada de línea gubernamental.
Que las voces de los cuatro personajes sean de Pelusa Suero y Daniel Di Meglio, el prócer y el que recoge el guante, es otro plus a tener en cuenta, y que suma mucho.
Argentina animada, de Victor Leali y Uriel Sokolowicz, es un documental que apuesta a lo diferente, corre riesgos que no a todos va a encantar; pero es innegable su valor como construcción de mensaje y rescate histórico de algo que no merece quedar bajo las cenizas del olvido.