Argo

Crítica de Laura Otero - Alta Peli

Argo, la nueva película de Ben Affleck, bien podría haberse descripto como: la historia de cómo un actor promedio de Hollywood, se convirtió en un director de primera línea con solo tres películas bajo su mando. Affleck, debutó en la dirección de un largo con Gone baby gone, la historia sobre la desaparición de una pequeña que es investigada por una pareja de detectives privados, lamentablemente pasó desapercibida entre el espectador aunque no entre la crítica; luego le siguió The Town, donde por primera vez se dirigió a sí mismo, contando la historia de un grupo de ladrones que asalta un banco y cuyo protagonista se enamora de un testigo clave. Después de estas dos breves joyas, llegó Argo.

La belleza de lo simple

La fórmula mágica del cine clásico necesita de un ingrediente especial para que no falle, una historia motivadora, excepcional, fuera de serie y redonda. Eso es sin duda lo que en esta película funciona a la perfección, una historia como un mecanismo, basada en hechos reales, para terminar de atraer al espectador y guionada de una manera tan sutil como bella.

Argo nos relata el drama real que vivió Estados Unidos en 1979, al decidir dar asilo en su país al líder iraní, el Shah Mohammad Reza Pahlavi, quien era odiado por todo su pueblo debido a la cantidad de asesinatos que se le atribuían. Como fruto de esta decisión, la revolución iraní decidió entrar a la embajada americana en Irán y tomar como rehenes a todos sus empleados. Sin tener en cuenta que en otro edificio dentro de la embajada trabajaban otros seis, que pudieron escapar y refugiarse en la casa del embajador canadiense.

Al enterarse el servicio secreto americano de esta situación, decide contratar a Tony Mendez (Ben Affleck), un experto en extracción de rehenes que se dedicaba a armar coartadas e historias lo suficientemente creíbles como para poder sacar a los rehenes sanos y salvos.

Y acá es cuando aparece, la mejor peor historia que se le ocurrió ala CIApara la extracción de rehenes. Montar un equipo de filmación canadiense que pudiera hacer pasar a los seis rehenes por la aduana iraní. Suena a una burla a la mismísima revolución, los miraron y se les rieron en la cara, pasando por alto sus controles más rigurosos.

Buenos muchachos

La película, compuesta mayormente por un elenco masculino, brilla por ellos. Hablamos de Bryan Cranston, el protagonista de Breaking Bad, en el único papel en el que es realmente valorado como tal, lo vemos solo una vez perder los estribos y vale la pena. El brillante John Goodman como la mente detrás de la ficción que es Argo. Y por último Affleck en el papel principal, haciendo un papel que claramente podría haber desempeñado cualquier actor común y silvestre, lo hace con elegancia y estilo, aunque sin sobresalir.

Le perdonamos dirigirse a sí mismo, porque la película cierra por todos lados. La historia es sencillamente perfecta, el vestuario no tiene una falla, ni los actores, ni el guión; es de esas películas que emocionan desde la sencillez y lo real, se genera una empatía con todos los personajes que es de no creer, sin la necesidad de caer en todos los clichés que una historia de esa índole podría llegar a aprovechar.

Conclusión

Argo es sin duda una película que rankea para el Oscar, tiene ese pequeño detalle de ser de esas películas demasiado oscarizables, pero eso no es para nada un defecto, es una historia de Oscar, aún siendo una historia real y poniendo a Estados Unidos en el papel de “el mejor país del mundo”. Eso es un segundo plano, la tensión que logra Affleck en su tercera película, es sin duda fruto de un talento nato, de una mente de cine.