Teatro hecho cine, o cine abstracto. La ópera prima de Mauro Nahuel Lopez prescinde de todo tipo de recursos y adornos para crear la atmósfera necesaria desde una locación, contados personajes, y una situación puntual.
No se puede adelantar mucho respecto a la historia, contada de modo muy detallista, peo intrigante en su esencia de premisa pequeña. Alberto (Lorenzo Quinteros), Fernando (Carlos Echevarría), y Mariana (María Laura Belmonte) son padre, hijo y nuera. Los tres conviven en la armonía típica de la rutina.
Alberto es profesor de música y se pierde así mismo inserto sus alumnos, mientras que Fernando y Mariana parten a sus quehaceres. Pero sucederá un hecho disrruptivo, un hecho de inseguridad (real, vivido por el realizador), pondrá en jaque a Alberto y Fernando, y aparecerá un nuevo personaje compuesto por Sergio Pángaro.
La historia virará hacia las decisiones que tomamos frente a esos hechos, y hasta puede llegar a descolocar al espectador, que puede ser juzgado.
Lopez tardó varios años en concluir y poder estrenar esta obra que bien puede ser vista como teatro filmado, pero habrá que agradecer el exquisito trabajo en cámara y fotografía que lograron.
La narración, que un primer momento no parece decir demasiado, atrapa, y una vez que nos introduce en el hecho, tensiona en buena ley.
El elenco luce correcto frente a lo que se nota como una férrea dirección actoral, cada uno jugará sus fichas para sacarse chispas sin salirse del contexto. Pero será Quinteros, quizás por simple oficio, quien se adueñe de la escena, su interpretación es carnal y detallista.
Armonías del Caos toma riesgos estéticos interesantes que quizás en un primer momento, o desde los papeles, puedan alejar a un espectador más convencional. Pero a la hora de plasmarlo en la pantalla, aquellas decisiones parecieran ser las correctas, permiten plantear la cotidianeidad necesaria de un conjunto de vidas que viven en el abstracto.
Más allá de poder observar como una familia puede ver quebrada su simpleza frente a un imprevisto, el guion de Lopez permite varias lecturas, extrapolarlo y trasladarlo a una estructura mayor.
No son muchas las veces que se logra un resultado con tantas capas partiendo de un hilvanado simple y directo, Armonías del Caos nos permite vislumbrar un futuro interesante para una filmografía que recién parece comenzar.