Arpón

Crítica de Alina Spicoli - Cinergia

Un director para nada ejemplar

Arpón es un thriller dirigido por el venezolano Tom Espinoza, siendo su ópera prima como director y escritor (antes hizo cortos). Co-producida entre Argentina, España y Venezuela, el reparto incluye a Germán de Silva (José en la aclamada Relatos Salvajes), Ana Celentano, Laura López Moyano (Premio Revelación por La Patota) y el debut cinematográfico de Nina Suárez, hija de la actriz y cantante Rosario Bléfari. Aunque la cinta fue filmada durante cuatro semanas en la ciudad de Berazategui, el director viene pensando las ideas del film hace cinco años. Tuvo su recorrido por variados festivales, entre ellos el de Chicago, Torino, Varsovia y Valladolid.

La historia se centra en Argüello (Germán de Silva), un director de escuela que día a día se rige por sus propias reglas: revisa las mochilas de cada alumno, trata mal a los demás, se deja llevar por sus impulsos, entra donde no le corresponde, etc. La única de las alumnas que le hace frente es Cata (Nina Suárez), una chica de 14 años que guarda un objeto peligroso. Debido a un accidente y sin lograr contactar a su familia, Argüello deberá hacerse cargo de ella por una noche. Lo que no sabe es que eso tampoco será para nada fácil en su vida, ocasionándole un gran problema a futuro.

La película abarca varias temáticas interesantes que pueden apreciarse si desde un principio tenemos en cuenta que es un producto de ficción. Por un lado tenemos a un hombre que aprovecha su posición de poder. Su autoritarismo es un aspecto normal en esa escuela y él se justifica a sí mismo gracias al objeto que encontró en las pertenencias de la problemática Cata. Germán de Silva compone a una persona que influye temor porque uno no sabe hasta dónde es capaz de llegar. No lo conocemos en profundidad pero por sus acciones captamos que cuando se propone algo, no para hasta cumplirlo.

El carácter fuerte de Cata lo descoloca por completo, haciendo que las escenas juntos sean súper disfrutables de ver. Nina Suárez es toda una revelación: solamente con su mirada penetrante, ya que los diálogos son escasos, logra transmitir la soledad que siente. Cata hace cosas que en su interior sabemos que no desea y su único objetivo es el de pertenecer. Hay una gran crítica hacia lo que implica el ser popular en la adolescencia, con el boom de las redes sociales y sus estereotipos de belleza. La joven también demuestra sus dotes para el canto en un rap con mucho significado. Aunque su rol es primordial en la película, me hubiese gustado que desarrollaran en mayor medida su situación familiar.

Debido al bajo presupuesto se produce un abuso del uso de cámara en mano, por lo que hay demasiados planos cerrados donde solo vemos la nuca del protagonista caminando. Sin embargo cuando llega la tensión, lo hace con toda la fuerza, manteniéndonos intrigados por lo que pasó.

Ser testigos de cómo se manejan los profesores dentro de un colegio resulta interesante, y más si escuchamos lo que hablan entre ellos, sin sus alumnos presentes. Ana Celentano en el papel de la maestra Sonia hace un gran trabajo a la hora de expresar lo que quiere conseguir de los chicos, qué enseñanzas desea dejarles. Su relación con el director es ardua, con peleas que van aumentando a medida que transcurren los 82 minutos.

La película hace foco en la trata de personas sin que sea su tema central sino una vía para llegar a lo que se quiere contar. Al principio creemos saber para qué camino nos quiere llevar Tom Espinoza, sin embargo luego eso cambia completamente y las teorías armadas desaparecen, lo que puede dejarnos decepcionados. Únicamente pasado un tiempo de su visionado uno descubre lo que se quiso transmitir: en ese ámbito la naturalización es plena.

Puede que Arpón sea un largometraje pequeño, sin embargo los tópicos que toca, sus buenas actuaciones y originalidad lo hacen grande. Casi imposible que no te atrape su historia.