Sandra Gugliotta regresa a la ficción luego de su registro documental "La toma" con un film de perfil alto, plagado de actores de renombre y que busca un lugar, dentro del género policial y de suspenso, corriente que va lentamente creciendo en nuestro país.
Hasta hace poco, no era transitada por el mainstream local, pero en este último año, la industria busca consolidar esta porción de mercado. Sino piensen en "Muerte en Buenos Aires", "Betibú" y "Tesis sobre un homicidio", dentro de las que tuvieron más reconocimiento en la taquilla.
Todas comparten este universo pasional donde reina la violencia, hay drama amoroso de por medio y un recorrido algo intrincado para dar con el/los culpable /s de hechos que atraviesan distintas condiciones sociales. "Arrebato" va en esa dirección, con Gugliotta escribiendo un guión en el que se reconocen muchas influencias clásicas (imposible no encontrar similitudes con "Basic instinct" de Verhooven) que al corporizarse, no sorprenden al espectador promedio.
Esto es cine de impacto , con traiciones y amantes enfurecidos, venganza y crímenes. El único punto débil de esta cinta es que quizás todo lo que sucede lo anticipemos rápido, incluso su desenlace. Aquí la historia gira en torno a un escritor que hace tiempo que no produce, Luis (Pablo Echarri), casado y con un hijo.
Su esposa, Carla (Mónica Antonópulos) es una atractiva mujer que no parece muy a gusto con su marido. De hecho, pasa bastantes horas fuera de su casa y eso genera cierta rispidez en su pareja. Pero el editor de nuestro escritor lo entusiasma con algo nuevo: la propuesta de llevar a un libro el asesinato que está en todos los medios, el caso Groski.
Un crimen que no logra resolverse, un adinerado dentista quien fue encontrado muerto y del que se sospecha, fue asesinado por su mujer. Luis decide buscar más información y logra entrevistar a la viuda, Laura (Leticia Brédice), quien lo conmueve con revelaciones personales sobre los celos y la pulsión descontrolada que empujan al escritor a volver a la acción con una novela ficcionada, donde el caso Grotski sea el eje de la trama, sin nombrarlo.
Claro que mientras eso sucede, deberá lidiar con la desintegración paulatina de su matrimonio con Carla, hecho que afectará al material que produce y podrá ponerlo en aprietos con la ley, llegado su momento. "Arrebato" es una película prolija, que se apoya en buenas composiciones de su pareja principal. Echarri-Antonópolus están sueltos y convencidos y sus escenas son de lo mejor de la cinta.
Un escalón atrás se encuentra Brédice, quizás un poco menos utilizada (con el erotismo natural que exuda) que en otras oportunidades. Hay un grupo de secundarios que aportan solidez (Claudio Tolcachir y Gustavo Garzón) y todo suma para generar un producto aceptable. Hay que señalar entonces que este "Arrebato" es un paso hacia adelante de Gugliotta.
Si bien la fórmula para crear suspenso a veces no es tan eficaz, no podemos dejar de reconocer que el producto tiene buena factura y se enrola en esta corriente que seguramente acercará más público a salas a disfrutar del cine nacional.