El vampiro cinematográfico
Más de treinta años después de su estreno, llega en funciones exclusivas al Bama Cine Arte la película emblemática de Iván Zulueta, Arrebato: antes de este estreno, el film ya tuvo pasadas por festivales nacionales, incluyendo el de Mar del Plata hace un par de años. Sin dudas se trata de un film de culto, una película maldita tanto por los temas que aborda como por la personalidad que está tras las cámaras. Zulueta fue uno de los nombres más creativos del cine español (aunque Arrebato es su único largometraje) y este film, totalmente experimental y altamente lisérgico en la propuesta de remitir al vampirismo por dentro y por fuera del cine, es una experiencia que bien vale recuperar.
Se trata de una de las más inteligentes y conscientes reflexiones sobre el cine, sobre todo porque no lo hace desde un lugar donde tome distancia con la historia que cuenta desde sus personajes. Al contrario, sus personajes revuelan por cada plano con la firmeza de lo cotidiano, manteniendo un tono que va del drama al más profundo thriller psicológico, logrando que imagen y tiempo se conjuguen para dar una historia de vampiros y vampirismo tan genuina y sutil como el cuento El almohadón de plumas de Horacio Quiroga.
La película es una reflexión sobre las obsesiones del artista, pero también sobre la pérdida del universo infantil como el disparador de una esencia creativa que no vuelve, salvo en esos momentos en los que un arrebato nos puede devolver temporalmente a aquel lugar “más allá del espejo”, por parafrasear al personaje de Pedro. Sin embargo no es sólo eso. Arrebato tiene varios niveles de lectura que se reparten entre viajes lisérgicos y una obra de terror dentro del mismo film que termina de cerrar la alegoría, que resulta sin lugar a dudas autobiográfica -después de todo, tanto José como Pedro son directores de cine-.
Arrebato es un film donde el montaje y el extrañamiento que provoca por momentos arroja un vértigo que la hacen una experiencia caótica y saludablemente indescifrable: lo que menos necesita un arrebato es una explicación. Aún si algunas subtramas parecen torpes en su inclusión, se trata de toda una experiencia. Además, pueden ver a una joven Cecilia Roth en un papel donde luce el talento actoral que luego terminaría por confirmarse.