Marcos Rodríguez construye un bello documental de observación sobre esa isla rara que es el Barrio Chino de Belgrano. Lo extraño y lo cómico aparecen hasta que nos damos cuenta de que los extranjeros en ese pequeño mundo somos nosotros. El film hace lo que debe: descubre un universo que, aún al alcance de la mano (o del colectivo), pasa inadvertido ante nuestros ojos. Y algo más: lo comparte y nos invita a compartirlo.