Hay un homicida entre nosotros
Asesinato en el Expreso de Oriente (Murder on the Orient Express, 2017) es una película de misterio basada en la novela homónima de Agatha Christie, que ya tuvo su adaptación a la pantalla grande en 1974, a la tv en 2001 y como un capítulo de la serie Agatha Christie’s Poirot en 2010. Esta vez está dirigida, producida y protagonizada por Kenneth Branagh, con guión a cargo de Michael Green. El reparto incluye a Daisy Ridley, Michelle Pfeiffer, Tom Bateman, Lucy Boynton (Raphina en Sing Street, Allison en la serie Gypsy), Josh Gad, Penélope Cruz, Judi Dench, Willem Dafoe, Manuel Garcia-Rulfo, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr y Johnny Depp.
El reconocido detective Hercule Poirot (Kenneth Branagh) aborda en el Expreso de Oriente, uno de los trenes más lujosos del mundo en 1930, para tomarse unas pequeñas vacaciones antes de llegar a destino. Lo que menos se espera es que en el recorrido uno de los pasajeros será asesinado en su habitación. Con el tren descarrilado debido a una avalancha de nieve, Poirot será el único que podrá resolver el caso más difícil en lo que va de su carrera.
Estamos ante un caso en donde la historia tan buena que se tenía para contar quedó desaprovechada en su ejecución. Y esto se nota desde el primer acto de la cinta: la presentación del afamado detective en el Muro de los Lamentos de Jerusalén busca introducirnos en la personalidad de Poirot, su inteligencia y atención a los detalles; lo que pasa es que el ritmo es muy lento, el guión no nos lleva a nada y uno sólo quiere que llegue el momento en que el hombre se suba al tren y comience el verdadero conflicto.
Una vez que Hercule se aloja en el Expreso, se da la exposición de los demás pasajeros, una exposición que sólo otorga pocos diálogos de las doce personas y no permite conocerlos en profundidad. Se entiende que son varios los personajes y resulta complicado darle el tiempo necesario a cada uno, pero la forma en que se decidió mostrarlos sólo hace que cada actor quede desaprovechado, sin que lleguemos a conocer sus motivaciones. Esto da lugar nada más ni nada menos que al encasillamiento que se ve en el trailer, únicamente calificando a cada pasajero por lo que es (la institutriz, la condesa, el mayordomo, el secretario, la princesa, etc).
La ambientación de época está muy bien lograda, desde el aspecto de alta clase social del tren como el hermoso vestuario y maquillaje. Sin embargo esto no alcanza para que uno logre interesarse por el asesinato. Kenneth Branagh no llega a convencer en el rol del importante detective que llega a la verdad del asunto en cualquier situación. La manera de resolver el caso tiene tantos nombres de por medio que uno se pierde en quién es quién, para concluir en un desenlace sencillo y satisfactorio que no necesitaba de tantas vueltas.
En Asesinato en el Expreso de Oriente le dieron más importancia a reunir a un cast glorioso, con grandes estrellas de Hollywood, en vez de centrarse en la historia que tenían para plasmar. Aunque su tramo final resulte entretenido, en su conjunto la película no atrapa al espectador como debería.