Hercule Poirot vuelve a subirse al Expreso de Oriente
Kenneth Branagh lo hizo: después de la recordada versión con Albert Finney como el detective belga, reunió un nuevo grupo de figuras para convertirlas en sospechosas del crimen que se comete a bordo.
De las novelas de Agatha Christie, "Asesinato en el Expreso de Oriente" es una de las mejores, ya que es la única en la que el detective belga Hercule Poirot reconoce que no puede decidirse entre sólo uno de los sospechosos de matar a un inescrupuloso hombre de negocios durante un viaje en el tren del título. La novela ya había sido filmada con maestría, nada menos que por Sidney Lumet, con un elenco imbatible (incluyendo a Ingrid Bergman, Sean Connery, Vanessa Redgrave, Richard Widmark, Lauren Bacall, Anthony Perkins, Jacqueline Bisset y Michael York, con Albert Finney como el detective), por lo que hacerla de nuevo era un desafío bastante atrevido por parte de Kenneth Branagh.
A favor de director y protagonista de esta remake se puede decir que Branagh le dio giros nuevos y sorprendentes para acercar la historia a su propio estilo. La primera mitad tiene un tono de comedia ligera realmente brillante, con el director componiendo a uno de los mejores Poirot del cine, casi al nivel del Peter Ustinov de "Muerte en el Nilo", a lo que se agrega paisajes y locaciones atractivos y situaciones sin desperdicio, como la que vuelve sospechosos del crimen en Jerusalén a un cura, un imán y un rabino. También es divertida la presentación de los pasajeros del tren, con Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Willem Dafoe y Penélope Cruz. La vuelta de tuerca de Branagh es detener al expreso por un alud para desarrollar el centro de la trama, lo que le permite darle un aire casi shakespereano a este whodunit. Más que un thriller, esta nueva versión es un intenso melodrama pensado para sorprender tanto al público neófito como a los conocedores de esta novela.