Hollywood necesita héroes de acción. En época donde el carisma de los veteranos a veces no alcanza para la demanda del público masculino, es bueno buscar refugio en la literatura, como fuente de recursos.
Así es como a un grupo de productores se les ocurrió mirar en el escaparate de una librería cuál era un personaje a la medida de lo que ellos necesitaban para hacer una franquicia violenta y llena de testoteorna y dieron con "Mitch Rapp".
Este hombre de ficción es producción de la imaginación de Vince Flynn, famoso autor de bestseller fallecido en 2013, quien hiciera una importante serie de 15 libros muy vendidos sobre el espía americano. Digamos que hoy en día, cuando el terrorismo siembra el miedo en todas partes, los americanos necesitan patriotas que los defiendan. Cinematográficamente, digo.
Eso es Mitch Rapp, un pibe de armas tomar a quien la vida lo golpea cuando pierde trágicamente a su novia en un atentado en la playa. Luego de este trágico hecho, Mitch (Dylan O'Brien es ascenso luego de salvar el cuello en "The Maze Runner"), un chico normal como cualquier otro, entra en un proceso depresivo del que será rescatado por su vocación de servicio a la patria. O no.
En realidad, su dolor lo empuja a cobrar venganza. Y así es como es reclutado y dispuesto a que paguen los que destruyeron su vida, cae en un equipo especial de contraterrorismo de la CIA dirigido por un divertido oficial, veterano de la guerra fría, Stan Hurley (Michael Keaton). Mitch descolla en su trabajo pero a medida que la trama avanza, va a ver cosas que no le gustan y decidirá que tiene que generar una agenda propia, indepediente de lo que su jefe inmediato le pide.
Todo esto enmarcado en la persecusión de alguien que tiene material nuclear muy peligroso y con quien hay que dar a la brevedad, sino las cosas se pueden poner muy feas.
De hecho, para los amantes del cine de acción hay actividad de destrucción y persecuciones en distintas ciudades del mundo. Como para no ser menos que otras realizaciones importantes. "Asesino: misión venganza", de Michael Cuesta (promisorio talento en la industria que busca afianzarse y en este trabajo no progresa demasiado), pretende ser la primera peli de una saga sobre los libros de Flynn.
Como ahí hay mucho material para hacer varias historias y su fuerza literaria parece estar en sintonía con los peligrosos tiempos que vivimos, los productores pusieron toda la carne al asador para disparar una cadena de films sobre este agente. Debemos decir que el estilo de O'Brien no es el de Matt Damon (Bourne) o Tom Cruise (Jack Reacher) ni Vin Diesel (Xander Cage).
Es un actor jóven que le pone el cuerpo a un rol bastante plano que no demanda mucho desde el costado interpretativo. El único que se salva la ropa desde lo actoral es Michael Keaton, quien entendió que si no le daba un tono cínico y sobrador a su personaje, iba a quedar demasiado desdibujado en relación a su prestigioso presente. En resumen, una cinta que quizás provoque una franquicia (lo sabremos después de las cifras del box office norteamericano de este finde), o no.
Sólo les ofrecerá un rato de esparcimiento puro (sin mayores expectativas) a los fanas acérrimos del género. Quizás el personaje, hubiese tenido mejor suerte si un actor más maduro lo llevaba adelante, atendiendo desde la dirección a su perfil interno y tortuoso. Podría haber sido mucho mejor, sin dudas.