Con qué necesidad...
Niños sometidos a una disciplina marcial e implacable bajo el mando de un impiadoso maestro que los somete a las más variadas pruebas de fuerza y destreza, para convertirlos en mercenarios ninjas al servicio del mejor postor, es el telón de fondo de la historia de uno de esos ninjas, ya adulto, que se rebela contra su origen y se convierte en una pesadilla para su maestro y aquellos que necesitan de los servicios del clan.
Nadie puede sorprenderse demasiado si decide ver una película titulada "Asesino Ninja" y se encuentra con un festival de mutilaciones y coreografías artemarcialistas inverosímiles. Es lo esperable, después de todo. El problema con esta producción de los hermanos Wachowsky ("Matrix") es que más allá de su acostumrbado estilo para plasmar la acción, la historia es por demás trillada y pavota.
Pésimas actuaciones y una dirección que sólo cumple con los planos apropiados para que se luzcan algunas escenas tras un montaje vertiginoso, contrastan con una secuencia de títulos finales más entretenida que lo soportado anteriormente.