Mucha patada...poca emoción
Raizo fue entrenado para soportar el dolor y ahora es una máquina asesina surgida de una red milenaria de Caballeros Ninja, el Clan Ozunu. El debe escapar de la organización que lo vio crecer y, en su peligrosa venganza, se unirá a una detective negra.
Un producto de acción que combina artes marciales, luchas cuerpo a cuerpo y mucha sangre. El agregado no siempre convincente es el toque fantástico: cuerpos mutilados y demonios del infierno que resultan escurridizos. Eso sí, golpes por doquier, cadenas que funcionan como látigos y el uso de la cámara lenta para potenciar la acción.
La emoción y la adrenalina faltaron a la cita.