¿Qué haría un asesino a sueldo perdiendo la memoria? Dirigida por Martin Campbell, un experto del cine de acción afín a la saga de James Bond ”Casino Royale”), “Asesino sin Memoria” se conforma como una irregular apuesta al cine de acción. De tirador retirado a justiciero común y corriente, la profunda expertis de Liam Neeson dentro del género de acción se ha expandido a lo largo de las últimas dos décadas. Aquí, compone a un hitman elegante y silencioso, en franco declive de sus facultades. Neeson es víctima de su olvido selectivo. Confusos movimientos de cámara nos hacen dudar de la auténtica experiencia del veterano Campbell, existen decisiones técnicas que francamente comprometen la valía del presente film. Por otra parte, al argumento le conviene que empaticemos con un personaje de dudoso accionar. Creemos lo que se nos muestra, ¿pero qué tan pronto se rompe el verosímil? Se escabulle la mediocridad entre los pliegues del guión, mientras un siempre sólido Guy Pearce hace las veces de antagonista. El disparador del título no juega parte en este epítome de un producto industrial que recicla ideas mejor concebidas. Con guiños a “Memento” de Christopher Nolan, el director de la reciente “La Protegida” ahonda en los intereses que entretejen la trama. El peso de la brújula moral nos remite a cierta estructura de cine noir, apenas un atisbo que acaba por boicotear. Ciertos prototipos culturales anquilosados, rayanos con la discriminación, limitan el potencial de un film que pondera su condición sin estar a la altura de la respuesta que merecemos como espectadores a la hora de evaluar como repercute este blackout emocional en las intenciones de su protagonista.