Un espía en la familia
El realizador de películas como Legalmente Rubia, Una Suegra de Cuidado o La Cruda Verdad (También protagonizada por Heigl), Robert Luketic, trae a dos intérpretes que se saben manejar con comodidad en este género.
Ashton Kutcher interpreta a Spencer, un superagente secreto con licencia para matar, papel que le sienta mejor que su última incursión en Amante a Domicilio (y tuvo que adherir a su cuerpo algunos quilos de masa muscular que le sientan bien).
Spencer decide abandonar su excitante trabajo al conocer a la mujer de sus sueños, Jen Kornfeldt, papel encarnado por la siempre creíble Katherine Heigl (27 bodas, Levemente Embarazada).
Jen no sólo viene de una mala relación, sino que trae consigo a un padre sumamente controlador (el siempre recordado por su papel en la serie de los ´80, Magnum) Tom Selleck, como Mr Kornfeldt, y una madre alcohólica y poco útil para los consejos, la eficaz, Catherine O'Hara (como Mrs Kornfeldt).
Cuando la vida de Spencer y Jen comienza a tomar un cauce normal de pareja con tres años de casados, es donde se inicia la diversión para el espectador. La cabeza de Spencer tiene precio y todos la quieren. Ya no se podrá confían en nadie y cuando se dice nadie es nadie.
El relato resulta divertido tanto por las interpretaciones de los protagonistas, como por la de los padres, vecinos y conocidos que aconsejan a Jen en todo momento.
El ritmo no decae y cuando amenaza con hacerlo siempre ocurre un hecho que introduce acción y humor. El guión, que no es muy creativo, se acomoda bastante bien al género.
Spencer y Jen deberán hacen buen equipo y averiguan quiénes son los misteriosos personajes que quieren verlos muertos, antes de que los matones acaben con ellos…¡y con su matrimonio!