Una comedia que se vio antes
De Robert Luketic, es una suma de clichés del género.
La ingesta de arroz sin condimento, de tan repetida puede cansar, aburrir, sencillamente porque ya no se le encuentra sabor a nada. Algo similar ocurre con Asesinos con estilo , comedia romántica sin una pizca de originalidad, con todos los clisés del género “marido-que-lleva-doble-vida-laboral”, que por supuesto su mujer ignora, hasta que se entera.
Tal vez sí sea original suponer que Jen (Katherine Heigl), a los treinta y pico salga de vacaciones a Europa con sus padres (un Tom Selleck teñido y una Catherine O’Hara regordeta, lejos de la mamá de Mi pobre angelito ), pero es poco creíble. Menos original aún es que se enamore de Spencer (Ashton Kutcher), a quien conoce cuando éste está en plena misión. Spencer es un asesino, y decide abandonar todo por Jen.
Y sí, adivinó: la mentira tiene patas cortas, el pasado vendrá a buscarlo, y por más que la pareja se la pase corriendo a partir de entonces por toda la película, la chica descubrirá el secreto del chico, se pelearán, volverán a amigarse y el amor todo lo podrá.
El problema con este filme es que prácticamente no tiene gags. O si los tiene, han sido ya tantas veces vistos y probados que pierden gracia. El australiano Robert Luketic ya había dirigido a Heigl en La cruda verdad , y también tiene en su haber Legalmente rubia , aunque lo mejor que haya hecho sea 21 Blackjack , que no tenía nada que ver con la comedia romántica, sea o no subida de tono.
Asesinos con estilo carece de ídem, aunque a los espectadores menos exigentes, que sólo quieran pasar un rato, les sirva para eso.
Eso sí: no olviden llevar aceite, manteca o queso de rallar.