“Asesinos de Elite” rescata ese espíritu que tuvieron los filmes de acción de la década del 80 con los que crecimos muchos de nosotros. De la misma manera que “Los indestructibles” lo hiciera en su momento, el film apela a una gran dosis de testosterona mezclada con tiros y buenas escenas de acción. Además, esta no es la típica película de Jason Statham donde se exageran ciertas cuestiones que la hacen poco creíble, ya que la historia no es pura acción sino que también apuesta a una trama con intrigas y manejos políticos que le añaden un plus al film y lo destacan del resto.
Ambientada a principios de los 80, la secuencia inicial nos muestra a Danny (Jason Statham) que luego de un operativo donde algo sale mal decide dejar atrás sus días de asesino por encargo y se retira del negocio. Pero el retiro será breve, ya que cuando Danny se entera que su amigo Hunter (Robert De Niro) termina secuestrado por un Jeque de Omán deberá volver al ruedo para salvarlo. El trato es simple: encontrar y asesinar a los ejecutores de sus tres hijos y hacer que confiesen su culpabilidad. El tema es que los asesinos son ex miembros de la SAS, las fuerzas especiales británicas, y para llegar a ellos Danny deberá reunir a sus antiguos compañeros.
“Asesinos de Elite” está basada en el libro “Feather Men”, una historia que generó mucha controversia dentro del gobierno inglés cuando se lanzó allá por 1991. Además, toda historia necesita un villano y aquí encontraron uno muy bueno en Clive Owen, un implacable agente que intentará detener los asesinatos de Statham y compañía. Por otro lado y salvando las distancias, la premisa en esencia se parece a “Munich” de Steven Spielberg, donde un grupo de espías iban eliminando uno a uno a los asesinos responsables, en este caso, de la muerte de unos atletas judíos años atrás. Además, las secuencias de acción son crudas y están tan bien logradas al punto de que a uno le duele ver ciertas cosas.
En cuanto a las actuaciones el más destacado es Clive Owen, al que vemos en el inusual papel de un villano que no se rinde ante nada hasta lograr su objetivo. Dominic Purcell (Blade Trinity) es un buen relevo cómico haciéndose cargo de un personaje excéntrico y con una personalidad bastante volátil. Sin embargo, lamentablemente se puede ver muy poco de Robert De Niro en pantalla, al cual me hubiera gustado ver en acción un poco más. En pocas palabras, “Asesinos de Elite” resulta entretenida durante las casi dos horas de metraje y además de tener mucha acción también se sostiene gracias a una subtrama que mantiene la atención del espectador. Una buena opción en cartelera para esta semana.