“Cuando un producto esperado hace agua”. Salir enojado de una sala de cine suele ser frustrante y, como siempre, subjetivo como el arte mismo. Pero agrega un valor agregado a dicha frustración el hecho de haber esperado -vía engañoso trailer- una película que podría haber sido fuego y terminó siendo ceniza. Nada de este sayo le cabe al elenco que, tampoco sorprende por demás pero saben entregar de sí ese oficio y dignidad artística que los caracteriza. Grata sorpresa fue descubrir a Zoe Hochbaum, correcta, por cierto. Los rubros técnicos en “Asfixiados” cumplen y hasta arriesgo a decir que son la joya de la película: fotografía, FX y música que suman al relato. La dirección, entonces, contiene una inteligencia y una cierta sensibilidad a destacar. El quid radica en que la historia, con múltiples firmas, es básicamente la nada misma. No es interesante, carece de ritmo, no se llega a una resolución de un conflicto que, desde el vamos, sabemos que será nimio; y cuando trata de concluir es con sabor a poco. Agua por todos lados, como la embarcación donde la pareja protagónica, Julieta Díaz y Leonardo Sbaraglia trata de mantenerse a flote…
Spoiler: la película no lo logra. Una pena.