Elige tu propia catacumba
Paris es hermosa. El cliché y el lugar común dictan que es "la capital del amor"; la Torre Eiffel, Champs Élisée, el Musée des Invalides (donde se encuentra la tumba de Napoleón Bonaparte) y el puente de los enamorados entre otras atracciones... y tambíen están las Catacumbas de Paris, uno de los osarios más grandes del mundo creado hacia fines del Siglo XVIII cuando la cuidad comenzó a quedarse sin espacio para dar santa sepultura a los occisos galos.
En esta ocasión, la excusa de Así en la tierra como en el infierno (As above, so below, 2014) para andentrarnos en las laberinticas catacumbas viene de la mano de Scarlet Marlow (Perdita Weeks) una estudiante de posgrado en Arqueología que se encuentra tras la pista de la Piedra Filosofal, una sustancia alquemica capaz de convertir cualquier metal en oro y conceder vida eterna. Si, la misma piedra filosofal de Harry Potter... pero adentro de un osario masivo que mete miedo. Marlow busca continuar con el trabajo que era la obsesión de su difunto padre, un reconocido arqueólogo.
El director John Erick Dowdle pone el film al hombro, literalemente. La estética cámara en mano combinada con una palpitante claustrofobia no le es ajena. Estas dos temáticas atraviesan algunos de sus films previos como Quarentena (Quarantine, 2008), La reunión del diablo (Devil, 2010) y la nunca estrenada en nuestro país The Poughkeepsie Tapes (2007).
La primera mitad del film transcurre básicamente como cualquier otra película del género, con muchos lugares comunes dispuestos de manera tal que encaminen la historia y pongan a los personajes en el lugar donde necesitan estar para hacer avanzar el relato. Tip: a no perderse la forma "casual" en que los arqueólogos dan con los guías que los llevarán a través de las catacumbas... los arqueólogos más afortunados del universo.
Pero lo interesante tiene lugar en la segunda mitad del film, cuando nos damos cuenta que no estamos ante el típico film de terror con la clásica formula "Grupo de Jóvenes+Territorio Desconocido+Monstruo/s". En este caso el elemento terrorífico no es una entidad propiamente dicha, ni una fuerza malévola: se trata del mismo Infierno. Conforme los protagonistas avanzan dentro del laberinto de las catacumbas se encaminan más y más en las entrañas del infierno, un infierno que toma la forma particular de los miedos y traumas de cada uno de los personajes y los enfrenta con sus propios demonios. Creemos estar viendo otra película de terror del montón, llena de sinsentido y gente por la cual no sentimos ningún tipo de interés; y es en ese momento cuando Dowdle -también co-guionista- nos sorprende con una historia que se esfuerza por salirse de los lugares comunes del género, y entrega una interesante reinterpretación del infierno, la muerte, y los demonios ocultos dentro de cada uno de nosotros. Este es un infierno que podría estar más cerca de lo que creemos, apenas unos metros por debajo de nuestros pies.