Antes que terror, estas catacumbas producen mareo
El formato "found footage" no es lo que arruina algo que podría haber sido un buen film de terroríficas aventuras subterráneas. El problema es que el guión no logra manejar bien los tiempos narrativos, provocando que algunas partes de la historia estén contadas con una lentitud pasmosa, sobre todo al principio, mientras otras se aceleran de manera absurda, sobre todo hacia el final.
El director John Erick Dowdle, responsable de "Cuarentena", la eficaz remake hollywoodense de "Rec", se ocupa del falso documental de una científica obsesionada en la búsqueda de la piedra filosofal, que según algunas claves encontradas en Irán, se hallaría en lo más profundo de las catacumbas parisinas.
La arqueóloga, interpretada con enorme dinamismo por Perdita Weeks, logra un equipo de marginales que se conocen esas catacumbas al dedillo, más un traductor y un documentalista que no deja de estar aterrorizado desde que entra al primer túnel.
Al principio, durante demasiado rato, esto es más una especie de película de aventuras urbanas que un film de terror, ya que para que algo empiece a asustar al espectador pasa un buen rato. Luego, el guión aprovecha los siniestros decorados para desplegar algunos buenos trucos de terror psicológico salidos de la "Dimensión Desconocida", como teléfonos que suenan en lo más profundo y abandonado de las catacumbas , o pasajes que enfrentan a los que se atreven a recorrerlos con sus culpas y temores mas íntimos.
El estilo de documental con una cámara en cada explorador hace que todas las imágenes sean movedizas y confusas al máximo, por lo que por momentos se vuelve totalmente insoportable ver una película que, con un formato tradicional, hubiera estado más o menos pasable, aunque para terrores subterráneos hay muchos films mejores.