Confieso que en mi vida jugué al Assassin’s Creed, videojuego en el que está basado la película. Antes de sentarme a escribir, estuve investigando un poco y por lo que vi, el film tiene mucho del primer juego de la saga.
Aquí veremos a Callum Lynch (Michael Fassbender), en vez de a Desmond Miles (el del juego). Cal es un hombre sentenciado a muerte que es rescatado por una compañía llamada “Industrias Abstergo” para conectarlo a la máquina “Animus” para vivir experiencias de uno de sus antepasados, asesino (como él) y rescatar el “Fruto del Edén”.
El film alterna entre el presente y el pasado, localizado en la época de la inquisición Española y las escenas que transcurren en simultáneo, en donde vemos a Cal en el presente “jugando” con el Animus, mezclado con fantasmagóricos personajes del 1400, están muy bien logradas.
El argumento en sí, no me convenció y según tengo entendido no dista del juego. No me convenció ni me parece creíble, tanta “locura” por un fruto – que no es fruto – con tanto poder – que en realidad hasta es simbólico, y por favor, una vez encontrado el lugar donde estaba oculto, la manera tan fácil de obtenerlo. No!
Assassin’s Creed sin embargo, es un film dinámico, que no aburre. Las secuencias de acción son entretenidas y las locaciones elegidas son acertadas.
Las actuaciones son buenas, pero no deslumbrantes e insisto que el argumento hace agua.
De todas maneras, es una película muy interesante para ver en pantalla grande, en 3d y comiendo un balde de pochoclos.