Entre tres mundos
La familia de Maisa, uno de los personajes protagonistas de “Asuntos de familia”, se divide en varios mundos. El grupo -de origen palestino y parte de ellos viviendo en Israel- está fragmentado, no en sus afectos, sino territorialmente. Ella vive en Ramallah con su marido; uno de los hermanos en Suecia y el otro en Ramallah. Los kilómetros que los separan son una metáfora de la incomunicación que los invade, empezando por los padres de Maisa que ya casi no se hablan.
El hijo que vive en Suecia intenta un acercamiento y los invita a pasar unos días, pero cuando llegan repiten el mismo ritual, solo que en lugar de hacerlo frente al televisor lo hacen frente a un lago. El hermano de Ramallah es un artista que no termina de convencerse si merece la pena sacrificar su soltería por más que la candidata parezca la mujer perfecta para él. El conflicto entre palestinos e israelíes no está ausente, pero no se transforma en el tema central, sino que funciona como un condicionante capaz de generar tensiones en una pareja inestable por naturaleza. La directora Maha Haj, premiada en el Festival de Cannes por este filme que marca su debut en el cine, intentó encarar los temas que la preocupan con una cuidada fotografía, un guión dinámico y un humor sensible a los pequeños dramas.