A pocos meses de la desaparición física de Fernando Birri se estrena, de manera comercial, ya se había producido en festivales, este afectuoso homenaje en formato de documental que la directora Carmen le hizo a su maestro y amigo.
En 1997, a treinta años de la muerte del Che Guevara, con producción de la TV alemana, Fernando Birri recorría América Latina con la simple y potente premisa de revisitar su figura, además de redescubrir en distintos testimonios el significado y la vigencia de las utopías.
Carmen Guarini registró aquel rodaje, un material extraordinario con las apariciones de Ernesto Sabato, Osvaldo Bayer, Eduardo Galeano, León Ferrari y los habitantes de La Higuera, para seguir los pasos del director en Cuba (donde fundó la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños) e Italia (donde realizó sus propios estudios de cine), para finalmente entrevistarlo en su hogar, donde demostraba que a los 92 años su lucidez y falta de solemnidad seguían intactas.
En la confianza mutua que sostenían, Guarini se permite un intercambio franco y agudo, que evita los lugares comunes y la autocomplacencia, y el documental señala con claridad un mérito clave en la carrera del realizador santafesino: no sólo les brindó voz y espacio a las comunidades en los márgenes sino que también procuró que esas comunidades produjeran sus propias expresiones.
Con un muy buen trabajo de montaje, anudado a la voz en off de la directora, como variable rectora del texto.
Todo esto transforma el sentido homenaje de Carmen Guarini, en un merecido reconocimiento que se esparce a todos aquellos que se acerquen a presenciar el filme.