"¿Qué es la utopía?", pregunta Fernando Birri a conocidos e ignotos, a los que tienen una idea cerrada para responder y los que necesitan que les explique el significado de la palabra. El realizador, padre del nuevo cine latinoamericano desde que en su escuela de cine de Santa Fe pergeñó películas fundacionales como Tire dié y Los Inundados, murió el fin de año pasado, a los 92 años,en Roma, donde vivía. Figurón del cine y de la izquierda latinoamericana, con su larga barba canosa, recibe con este film un valioso y merecido homenaje, porque la directora Carmen Guarini lo sigue, con su cámara, en pleno trabajo, de regreso en su país, registrando material para un proyecto basado en dos premisas: la utopía y la figura del Che Guevara.
En ese recorrido, hay conversaciones de Birri con Ernesto Sabato en Santos Lugares, con Eduardo Galeano en su casa de Montevideo, con León Ferrari y otros que, como él ya no están. Tanto por esas ausencias como por los temas de debate, quedados en el tiempo, la película transmite una melancolía inevitable. Pero también registra el buen humor y la energía de Birri, sus reflexiones por el camino o en sobremesas compartidas con su equipo, preguntándose por la naturaleza de la pasión, atrapa una vitalidad, y una personalidad, única.