La Casa Blanca es uno de los edificios más protegidos del mundo, pero, sin embargo, puede ser convertido en un montón de escombros y hierros retorcidos. Tal es la historia que cuenta esta película, en la que un grupo de terroristas atacan la residencia del presidente norteamericano y lo toman de rehen. Mike, el único miembro del servicio secreto que aún sigue con vida, deberá luchar en soledad contra todos esos malos de turno.
El héroe ha quedado reducido a simple administrativo por sus errores del pasado, pero su suerte cambiará cuando deba demostrar su valía, armado hasta los dientes, mientras las autoridades gubernamentales van marcando a la distancia los pasos de ese Mike que tratará de sortear los más insólitos peligros hasta lograr su objetivo.
Sobre la base de una historia en la que sobresalen la tensión y el heroísmo, el director Antoine Fuqua logró un válido entretenimiento en el que nada es demasiado nuevo, pero en el que se destacan las buenas labores de Gerard Butler, Aaron Eckhart y Morgan Freeman que, apoyadas por un muy correcto rubro de efectos especiales, convierten a esta producción en una peligrosa aventura que no da ni pide respiro.