SE VIENEN LOS COREANOS
Gerard Butler se calza el traje del Bruce Willis de “Duro de matar” para salvar a Estados Unidos de un ataque de terroristas coreanos, los flamantes villanos de Hollywood. Es la misma fórmula: un tipo solitario, algo arisco, que solito se encargará de salvar al país, rescatar al presidente y poner en caja a unos desalmados invasores que, hasta allí, le venían ganando por goleada a un ejército norteamericano que llega tarde o tiene mala puntería o se equivoca en el diagnóstico. Sobran efectos especiales y golpes de efecto, sobra clima patriotero y afirmación del coraje y la entrega, pero como película de acción –de eso se trata- funciona. El comienzo es muy bueno y el resto, arrollador. Eso sí, Butler podrá con los coreanos pero no con Bruce Willis.