Solo contra el mundo
En tanto producto de la industria “Ataque a la Casa Blanca” es impecable y coherente. Impecable en su dirección, guión, montaje, actuación y recursos técnicos. Coherente porque ofrece exactamente lo que se espera de ella: dos horas de tensión, suspenso y acción. Si, además, deja alguna reflexión, no se le puede pedir más a un filme que, si bien no difiere demasiado de otros en su fondo, sí lo hace en la forma. En el fondo, porque reivindica valores apreciados por Hollywood, como el amor y la lealtad al país, la dignidad, el heroísmo y el coraje para hacer lo que se debe. Nada que cualquiera no pretenda preservar o practicar para y por su propio país. Y en la forma, porque narra una anécdota que, por casualidad, tiene puntos de contacto con la actualidad como es la tensión entre las dos Coreas y Estados Unidos. A eso le sumó un hecho inédito en las ficciones de este tipo, como es el secuestro del presidente de Estados Unidos por parte de un comando terrorista que pretende borrar del mapa a ese país. Y aquí sí, es Hollywood en estado puro: un solo hombre, un ex agente del servicio secreto, el encargado de enfrentarse a los malos. En ese punto es el escocés Gerard Butler el que se carga la película al hombro y corre como loco para salvar al presidente y a su hijo, mientras intenta conservar a su novia y sobrellevar la culpa por una tragedia del pasado que en realidad no le corresponde. El actor es capaz de algunas proezas como pasar de la gesta de “300” a la excelente “RocknRolla, pasando por algunos traspiés como “La cruda realidad”, pero con la fibra necesaria para retomar el rumbo con este Mike Banning de “Ataque a la Casa Blanca”, capaz de salvar a su país y con eso preservar el orden geopolítico. Inverosímil, pero eficaz.