El paraíso perdido del Nuevo Cine Argentino
Atlántida (2013), la ópera prima de la cordobesa Inés Barrionuevo, transcurre en un pequeño pueblo de provincia durante una tarde-noche de verano.
Allí, dos hermanas adolescentes, Lucía (17) y Elena (15), ven pasar el tiempo encerradas en casa mientras esperan entrar a la universidad, la mayor, y que le saquen el yeso, la más chica. Pero de pronto, se abren las puertas y las dos aprovechan para vivir momentos claves de sus respectivos, y muy dispares, despertares sexuales.
Si bien Atlántida no es una película de temática y formas novedosas (ya que hace eco del llamado Nuevo Cine Argentino y su predilección por la adolescencia), su singularidad probablemente recae en la exactitud y la precisión en el uso de ciertos recursos.
Así, una cámara indiscreta, casi siempre en mano y muy cercana a los personajes y sus acciones, muestra la sutileza de los cuerpos y sus movimientos, las miradas cómplices, la sensualidad incipiente y los primeros deseos sexuales. Entonces, el uso del recurso genera atención sobre el relato y provoca parte de su suspenso. A su vez, la sencillez y el cuidado en el esteticismo son otras elecciones claves para la película.
También las impecables actuaciones, llenas de frescura e intensidad, de las jóvenes Melisa Romero, Florencia Decall y Sol Zavala, constituyen otro de los puntos altos de la película cordobesa que las convierte en tres nuevas promesas del cine nacional.