Atómica: La Mujer Nuclear.
Llega a los cines una nueva cinta de acción y espionaje, estelarizada por Charlize Theron y es toda una bomba (cuak!).
Berlín, pocos días antes de que caiga el muro. Una espía del MI6 es enviada a recuperar una lista con los nombres de todos los agentes británicos, estadounidenses y franceses encubiertos en el lado este de la ciudad. Además tiene la misión de descubrir a un agente doble que está vendiendo información confidencial a los rusos.
Luego de ser doble de acción en varios filmes, David Leitch se lanzó a la dirección con una película que sorprendió a crítica y público en general, redefiniendo al héroe de acción: John Wick (2014). Keanu Reeves, un asesino a sueldo retirado que vuelve a las andanzas tras la muerte de su esposa y el perro que ella dejó como su legado post-morten. Qué más se puede decir de esta cinta que no se haya dicho, y antes que se estrene Deadpool 2 (2018), su nuevo trabajo, Leitch nos trae Atómica (Atomic Blonde, 2017), reconfirmando y estableciéndose ya como un director que sabe filmar acción como pocos en estos tiempos.
El argumento es simple y efectivo, con varias vueltas de tuerca en el tercer acto de las que si no está atento se te van a escapar, pero acá la verdadera protagonista, Charlize Theron, nos brinda otro personaje femenino para la historia luego de su Furiosa en Mad Max: Fury Road (2015): su Lorraine Broughton no es otra genérica agente del MI6; nunca se sabe que está pensando, es fría, calculadora y explosiva en los momentos de acción, que son excepcionalmente coreografiados y acompañados por una banda de sonido acorde a la época (en la que no puedo dejar de destacar New Order, Depeche Mode, Nena, Public Enemy, Echo & The Bunnymen, Queen, David Bowie).
Si las escenas de acción son memorables en este film, la ambientación es otro punto a favor: la paleta de colores (no la obvia, la de luces de neón que, ojo, también suma) nos hace visiblemente el estado caótico de la Berlín de finales de los 80 y también de qué lado del muro estamos.
“No confíes en nadie”. Ésta frase se la da su superior a la espía británica y parece ser su frase de cabecera durante todo el metraje, ya que nunca se abre ante nadie, solo en un momento, ante el personaje de Sofia Boutella, y esto le confiere al personaje un halo de misterio tanto para el espectador como para los personajes que la circundan (unido al vestuario monocromático, que la hace aún más “invisible” y por momentos “recortada” del escenario que en el que está), destacando a un James McAvoy que cada papel que interpreta parece transformarlo en alguien cada vez más trastornado.
En síntesis, Atómica es otro acierto de David Leitch y, sin lugar a dudas, otro acierto en la carrera de Charlize Theron, consolidándose como una nueva heroína de acción. Podio que comparte con pocas, como Scarlett Johansson.