Atómica

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Esta producción sólo funciona para que la actriz sudafricana Charlize Theron se muestre, y no necesariamente demuestre nada, al mismo tiempo sumando los aportes del actor ingles James Mc Avoy, junto al estadounidense John Goodmany, y si presta atención podrá ver, desperdiciada claro, a la maravillosa actriz alemana Bárbara Sukova (“Hannah Arendt”, 2012), todos dirigidos, por el hasta hace muy poco director/ coordinador de dobles y escenas de riesgo, David Leitch, yankee por supuesto.
El riesgo fue filmar de muy buena manera escenas de peleas, con un gran alarde y despliegue técnico y mejores coreografías, sin contar con un guión bien escrito, la chispa original de toda realización, algo que parece que no le importo a nadie, ni le importará a nadie, con resultado de un intento de pura adrenalina bastante fallido.
Si se sostiene un poco es por los intérpretes y por el carisma y presencia de la rubia que no tiene ningún prurito de mostrar sus dotes corporales, no le es necesario nada más, ya que ha demostrado ser una buena actriz. En otras producciones, “Monster” (2003) como ejemplo, ni de sus dotes coreográficas mostradas en sus inicios, “Dos días en el valle” (1996), pasaron 20 años, que manifiestan que son nada, al menos para ella.
Esta obra se estructura a partir de flashbacks, en un interrogatorio a la que es expuesta nuestra heroína, relatos de hechos sucedidos con anterioridad y en su propia defensa.
En 1989 el muro de Berlín está a punto de caer. La guerra fría también. Un agente encubierto del MI6 es asesinado en misteriosa situación, la espía Lorraine Broughton (Charlize Theron) debe encontrar, por todos los medios, una lista guardada en un microfilme que el agente estaba intentando hacer llegar a sus jefes, en el que figuran los nombres de todos los agentes encubiertos que trabajan en Berlín Oriental. Pero ella además tiene motivos personales para encontrar al asesino.
En prosecución de sus objetivos deberá enfrentarse a todo tipo de peligros, un catalogo de asesinos variopinto, introduciéndose en un mundo en el que nadie parece ser quien dice ser. Espías al fin.
El problema principal no se establece en la por momentos incoherencias de la trama, que no confunden pero que resulta de una inconsistencia atroz, con los nudos dramáticos que sólo son puntapié a una escena de reyertas interminables, por lo cual el interés queda relegado a las escenas violentas, con planos secuencias incluidos, de muy buena factura. Pero nada más.
Ni los intentos de vueltas de tuerca sobre el final tratando de instalar algo de suspenso se logra, pues son en si mismo un catalogo de lugares comunes, previsibles al extremo, sólo logran alargar la llegada del la palabra FIN, que nunca aparece, para colmo.
Si tiene la oportunidad de verla con tecnología 4D, aprovéchelo, ya que este mismo sistema le impedirá dormirse.