Tras los pasos del viejo Clint
Vigoroso thriller, de narración magnífica y unas increibles actuaciones es esta segunda oportunidad tras las cámaras de Ben Affleck, actor de dudoso manejo actoral anterior pero definitivamente dueño de una carga notable como realizador y co-guionista.
Si nos sorprendió con ese excelente drama llamado "Desapareció un noche" hace un par de años, ahora nos demuestra su buena intencionalidad de contar historias por su cuenta, y la paradoja es que está tras la huella de Clint Eastwood, recordemos que varias décadas atrás todos decian -criticos incluídos- de la madera actoral que solia parecer el director de "Los puentes de Madison" y "Gran Torino", sin embargo el viejo Clint los mandó al diablo mismo descolgándose con un deshecho de buenisimos filmes, dirigidos maravillosamente y actoralmente marcados. Es decir se repite: Affleck y Eastwood son como buenos vinos, envejecen y para mejor.
En esta historia se muestra al actor/director como jefe de una banda de atracadores de bancos, sus decisiones, sus choques y hasta cuela una mini historia pasional con significados atrás. Todo ocurre en un sitio como Charlestown (Boston), un barrio bravo por asi decirlo, donde hay inmigrantes irlandeses lo que es a Nueva York con los inmigantes mafiosos italianos "alla Scorsese".
Affleck no inventa nada, no descubre pólvora alguna, narra con presición una entretenidísima historia de crímenes y pasiones, al igual que Kubrick en "Casta de malditos" o Huston en "Mientras la ciudad duerme" por citar dos ejemplos clásicos y perennes de la historia del cine.
Además de ritmo sostenido, gran fotografía, B.A. camina su papel de la mejor manera, haciendo un personaje creible todo el tiempo, Rebecca Hall que ya nos había enamorado en "Vicky Cristina Barcelona" brilla, Jeremy Brenner -el gran actor de "Vivir al límite"- es de lo mejor, y el agente del FBI a cargo de Jon Hamm es soberbio, o sea un relato de primera, que por momentos hace que uno dude porque nos están cayendo tan bien estos tipos recios, duros, que no tenemos ganas de que sean atrapados por la poli, será por aquella maldita frase de Brecht: "Quién es más inmoral, el que funda un banco o él que lo roba..?".