El robo de las joyas de Eva Perón en Madrid, puntapié para un buen thriller catalán
En mayo de 1956, una importante joyería de Madrid es asaltada. Los autores del delito son dos hombres que, vestidos como militares y armados hasta los dientes, logran llevarse piezas valuadas en varios millones de dólares, entre ellas algunas pertenecientes a Eva Duarte, que se encontraban en custodia en ese local. Los medios periodísticos aseguran que nunca había habido un golpe semejante en España en más de 20 años. ¿Quiénes son esos audaces ladrones? ¿Perseguían algo más que alzarse con las joyas?
Rápidamente la policía desata una cacería sin cuartel que culmina con la detención de dos hombres de nacionalidad argentina. El botín es recuperado, a excepción de un lote de misteriosas joyas acerca de las cuales los ladrones guardan el más absoluto secreto. La ley de bandidaje y terrorismo, vigente en esa época franquista, permite juzgarlos rápidamente mediante una corte militar, y ambos son sentenciados a 25 años de prisión, donde se los somete a un estricto aislamiento.
La historia, que parece llegar a su fin en ese momento, recién acaba de empezar. Sobre la base de este episodio real, el director catalán Eduard Cortés ( La vida de nadie, La caverna, As de espadas ) logró un thriller ágil, por momentos inclinado hacia la comedia, que va anudando los motivos del fabuloso robo hasta caer en un final en el que se apersona la tragedia. El director supo, además, elegir con inteligencia a sus actores, y de un elenco de parejos méritos sobresale netamente el trabajo de Guillermo Francella, cuya máscara es, sin duda, la más apropiada para encarnar a ese Merello que, casi sin saberlo, se ve envuelto en una trampa de la que no podrá salir. No menos correcta es la labor de Nicolás Cabré como su casi tímido cómplice, en tanto que Daniel Fanego vuelve a mostrar sus cualidades interpretativas en un papel que oscila entre el bien y el mal.
Un impecable montaje, una excelente fotografía y una música de buen ritmo apoyan esta trama que, sin duda, logra su propósito de mostrar los fondos más oscuros de esos hombres que participaron de un hecho delictivo sembrado de misterio y de ocultas intenciones.