Ninguna joyita
Inspirada muy libremente en hechos reales, esta coproducción argentino-española es una combinación entre el thriller político, el policial, la comedia de enredos y el drama romántico que tiene un look old-fashioned y espíritu de cine clásico.
El film transcurre en la España de 1956 (hay algunas escenas iniciales en Panamá) y tiene como eje a las valiosas joyas de Eva Perón, empeñadas en un negocio de la Gran Vía madrileña y objeto de un robo "arreglado", pero que así y todo sale bastante mal.
Los protagonistas son Guillermo Francella y Nicolás Cabré, quienes deben concretar el atraco del título. En un principio, el tono es bastante leve, cercano al de una buddy-movie (Francella es el peronista dispuesto a todo y con cierta experiencia; y Cabré, un aspirante a actor con absoluta inocencia y torpeza), pero luego la película intenta ponerse "seria", casi melodramática, con la planificación, concreción y consecuencias del golpe, una historia de amor épica y derivaciones varias que llegan a las historias de cárcel y al mismísimo entorno de Francisco Franco y señora.
La película -con su guión "de hierro"- abarca mucho (y aprieta bastante poco). El catalán Cortés es un digno narrador, prolijo, y todos los elementos de la producción lucen cuidados, profesionales, vistosos si se quiere. Sin embargo, el film nunca levanta vuelo, resulta bastante chato, previsible, menor.
Es una pena, porque había buenos recursos (actorales, presupuestarios) para una historia con múltiples aristas que podían llegar a enganchar al espectador. Sin embargo, si bien se sigue con cierto interés, se extrañan la fluidez y la contundencia necesarias como para entretener, emocionar y divertir como sí lo han hecho tantos notables exponentes del cine de género.