Atraco!

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Este film trata de imaginar y presentar una posible teoría sobre el destino de algunas de las joyas de Eva Perón, supuestamente desaparecidas en España desde el año 1956. Esta basado en datos reales extraídos de los diarios españoles de la época, y a partir de allí se construyó una ficción en la que Merello (Guillermo Francella), ex guardaespaldas de la ex primera dama argentina, acompañado por Miguel, un joven peronista fanático, son obligados a “robar” las joyas depositadas en una joyería famosa de Madrid, dejadas como garantía para recibir un préstamo de dinero, necesario para que Juan Perón se instale en esa ciudad, después de abandonar Panamá.

La necesidad del robo, o sea aquello que justificaría la trama principal, esta puesta en la avidez de la esposa del dictador Francisco Franco, jefe del gobierno español por esa época, quien habiendo visto las joyas en cuestión las desea “comprar”, pero esto no podría, no debería, suceder bajo ningún aspecto, debiendo ser evitarlo a cualquier costo.

De la manipulación desde lo políticos, la obsecuencia de los fanáticos, de traiciones, amores, y desencuentros, trata el texto fílmico.

El problema es que la estructura narrativa esta dada por la mezcla de géneros, ya sea debido a algunos diálogos que apuntan a intenciones humorísticas, en la presentación y desarrollo de los personajes principales, en las antípodas uno de otro, situación contrapuntística que estaría subrayando y acrecentando las diferencias entre ellos, y situaciones de corte dramático, sin obviar otros de tono romántico. Esto último con la inclusión de la bella actriz española Amaia Salamanca, quien no sólo es una coprotagonista de la subtrama romántica sino que, además, termina siendo una pieza importante para la resolución de la trama principal,

Esto sucede cuando se produce un quiebre en el relato. Cuando desaparece todo aquello que trabajaba la diversidad de géneros y el tratamiento se torna demasiado serio y poco creíble, pues en realidad estuvimos siempre inmersos en el genero policial, sustentado en primer lugar en la actuación de Guillermo Francella, quien vuelve a repetir, en cuanto a estilo de personaje e interpretación, lo mismo que realizo en “El Secreto de sus Ojos” (2009).

Un escalón más abajo aparece Nicolás Cabré, quien al principio logra darle un perfil muy bueno a su personaje, para terminar desdibujándolo, tanto por el desarrollo del guión como por las marcaciones actorales que le impusieron.

Bien construida, con muy buen diseño de arte y vestuario, la reconstrucción de época es lo más logrado. Cuenta con muy buena fotografía y buen nivel de un elenco homogéneo en el cual sobresale Daniel Fanego.

Todo redunda para que la realización resulte placentera más allá de algunas cuestiones mínimas, paro cuyo saldo la aleja, para bien, de la media en la actual producción de ficción en la cinematográfica argentina.