Una película peronista
Guillermo Francella y Nicolás Cabré. Sí, ya sé. Chistecitos, morisquetas, ademanes, latiguillos, "iuuuuuuu" y "no me cortés el teléfono". Ah, ¿pero la película es de un robo? Entonces es una comedia de enredos. Ah, que está basado en recortes periodísticos sobre el destino de las famosas joyas de Evita. Mhh, pero seguro te reís un montón. Ah, ¿no es del todo una comedia? Bueh, pero con esos dos algo te reís seguro.
Hay que tener cuidado con ¡Atraco!, porque uno puede caer desprevenido creyendo que va a ver una comedia y lo cierto es que lo humorístico la atraviesa de cierto modo, pero no es lo central de este buen filme argentino-español del catalán Eduard Cortés. El cuento, inventado a partir de algunas noticias, trata de seguirle el rastro a las famosas joyas de Eva Perón, que según este guión del propio Cortés, Piti Español, Pedro Costa y Marcelo Figueras, fueron empeñadas por un allegado a Perón durante su exilio en Panamá para juntar fondos para supuestos financiamientos políticos del General. Pero una vez lejos de las manos peronistas, las joyas pueden perderse en cualquier momento, por lo que hará falta fingir un robo para recuperarlas y que no se pierdan para siempre.
El énfasis en que la película no es una comedia propiamente dicha tiene que ver con lo que uno puede llegar a esperar de esos dos actores principales que han sabido hacer reír tanto a su audiencia en papeles televisivos. Aquí, en cambio, sus personajes son muy simpáticos y causan algunas risas, pero la historia -que atraviesa géneros constantemente y de una manera muy equilibrada y agradable- está mucho más centrada en el destino de las joyas y de sus protagonistas como para detenerse en algún chiste. ¡Atraco! tiene muchos condimentos: tiene sus momentos románticos, tiene sus momentos emotivos, tiene sus momentos de policial y en todos ellos sale airosa y sin dejarnos un sabor a pastiche caprichoso.
Los personajes nos enamoran inmediatamente. Francella está muy medido (interpreta a una especie de guardaespaldas que daría todo por el General) y Cabré cumple con su rol tierno y tontuelo (su papel es de un joven inocente y con buenas intenciones que se mete en el lugar equivocado y en el momento preciso), pero están muy bien acompañados por un elenco amplio y variado dentro del que sobresalen Daniel "cara de piedra" Fanego entre los argentinos y la bella Amaia Salamanca (que actuó en series que se vieron en el país, como Los hombres de Paco y Sin tetas no hay paraíso) entre los españoles.
Con una calidad de imagen y sonido que ojalá el cine nacional proponga como estándar, ¡Atraco! brilla tanto en la cuestión técnica como se defiende en lo narrativo. Su historia funciona porque atrapa e interesa, pero también porque sus personajes nos importan. Y cuando el punto de vista los aleja y se centra en la investigación policial, nuevamente nos encontramos con grandes personajes y un relato bien contado, aunque casi pareciera que estuviéramos viendo otra película. Lo único que se le puede criticar a la historia es que la mayoría de los hechos importantes para el desenlace se desencadenan casi exclusivamente por la idiotez lisa y llana de uno de sus personajes, que no puede evitar meter la pata una y otra vez.
¡Atraco! es una buena película porque es simple y sentida, porque no busca giros y sorpresas para lograr su cometido, porque cuenta una historia interesante y la cuenta bien, con personajes atractivos, y porque tiene muchos condimentos, atraviesa varios géneros y cambia mucho de puntos de vista, pero sin perder la identidad. Es una película muy peronista, eso sí, así que estén avisados los que por fóbicos se le paren los pelos.