Hay algo excepcional -en el sentido de “raro”- en este film: que cuaje lo “argentino” dentro de lo español, cuando por norma esto no sucede. Aquí la historia de un robo de joyas en España por un par de argentinos deriva en una intriga que tiene lazos con la política y con el exilio de Perón en la península, lo que en términos generales hace de la historia muy atractiva. Sigue la presencia de Francella, que ha descubierto cómo tomarle el tiempo a la cámara cinematográfica y a quien le sería imposible hoy volver a esas comedias a medio cocinar que lo tuvieron de protagonista. Si la película no llega a ser mejor no es porque sus ingredientes no sean los adecuados sino porque son muchos y carece de la debida concentración dramática. Como suele suceder con el cine español de gran presupuesto, deriva en una estética del mostrarlo todo, del regodeo en el detalle que conspira contra el drama y las aristas más interesantes de la historia. Un film que se ve bien pero que se queda a mitad de camino.