Volver para asustar
Hace diez años que John Carpenter no filmaba un largometraje. Sobradas muestras de sustos lo convirtieron en un referente del género de terror. Ahora su nueva película juega con los sobrenatural y con los climas pesadillescos que se viven en un instituto neuropsiquiátrico.
Atrapada (The Ward) no es su obra maestra, pero mantiene la atención y la tensión hasta su desenlace, además de recordar al film Identidad. ¿Qué es lo que está ocurriendo en este siniestro instituto?. La joven Kristen (Amber Heard) despierta con marcas en una celda y algo extraño parece perseguirla sin descanso: un fantasma que recorre los pasillos del lugar.
Carpenter apuesta una vez más por los espacios desolados, las figuras recortadas y amenazantes, la persecución que sufre la protagonista y sus compañeras, además de correr el eje de las sospechas sobre las pacientes encarnadas por Mamie Gummer (la hija de Meryl Streep), Danielle Panabaker, Jared Harris y Lyndsy Fonseca. Todas chicas con serios problemas mentales y de conducta.
El misterio se adueña del relato cuando las jovencitas comienzan a desaparecer del establecimiento, un lugar de donde parece haber salido el mismísimo Michael Myers. El resto es puro nervio y aunque utiliza recursos ya vistos hasta el cansancio (la escena final), Carpenter sabe lo que hace. Y tiene entre manos todo el material quirúrgico para jugar una vez más con el espectador.