Clichés
Desde el póster de promoción de Atrapada, e incluso luego de verla, da la sensación de estar frente a un film de terror convencional, simplemente malo y sin ideas. El problema es que quien la dirige es John Carpenter, y aquí va el primer cliché: uno de los maestros del cine de terror de los últimos treinta años y, probablemente, el mejor de aquel podio imaginario de realizadores que ocupan, con mayor o menor justicia, algunos directores que explotaron en las décadas de los 70 y los 80. Y estamos hablando de gente como George Romero, Wes Craven, Tobe Hooper, David Cronemberg, el insoportable de Sean Cunningham, o alguien de producción más reciente como Sam Raimi y hasta el joven Peter Jackson.
Seguimos con la lista de clichés: John Carpenter ha sido un realizador personal, es decir, con un estilo propio reconocible en casi todos sus films, en muchos casos no solo dirigiendo, sino también escribiendo el guión y componiendo la música. Además, se ha dicho (y he dicho alguna vez): que en Asalto al distrito 13 (1976), Carpenter reescribió Rio Bravo; que El enigma de otro mundo (1982) es la gran película de terror de los 80 y casi de la historia; que con Halloween (1978) (y a pesar de Black Christmas y otros exponentes anteriores) inventó el slasher moderno. O sino: que Christine (1983) era floja pero igual estaba buena; que el Príncipe de las tinieblas (1987) es “realmente” terrorífica; que En la Boca del miedo (1995) es la última gran película de terror; y que Vampiros (1998) y Fantasmas de Marte (2001) han sido injustamente despreciadas.
Todo esto para que quede claro que Carpenter no ha pasado inadvertido en la historia del género. Uno le tiene un gran respeto y admiración, sobre todo, por hacer un cine distinto, de gran carácter narrativo y personal (más clichés), haciendo muchas veces de lo mejor que se ha visto en el género desde hace tres décadas. Gracias al nombre de Carpenter, Atrapada no pasa inadvertida y va directo a DVD sin escalas (además de los caprichos y conveniencias de las distribuidoras). Estamos ante una película convencional ya desde el argumento: “la chica perturbada (Amber Heard) que va a parar al psiquiátrico tenebroso, y que afirma que no está loca, pero que con cada una de sus acciones le confirma a los médicos esa sospecha. Además vemos que la protagonista en cuestión es perseguida por una especie de fantasma que, al menos, la quiere lastimar”. Pasando por alto que esta historia ha sido contada un millón de veces, agreguemos en el medio un giro argumental que ha sido utilizado unas 50.0000, lo que da una suma de redundancias difíciles de soportar. Y si encima está dirigida por un director cuya última incursión relevante en la gran pantalla (¡cliché!) fue hace 10 años, estamos ante un producto agotado desde el principio. En Atrapada se suceden golpes de efecto continuos a medida que la historia se desarrolla a pulso pero sin alma.
Heard además de aportar belleza, entrega una actuación correcta. Es que ya ha tenido algunas apariciones en el género, como la horrible versión de And soon the darkness (2010); o el interesante slasher de 2006 All the Boys Love Mandy Lane. Incluso hace poco se la pudo ver en Argentina con Infierno al volante junto a Nicolas Cage. El problema de su personaje en Atrapada no es su actuación, ni la dirección de Carpenter, sino el guión de Michael y Sahwn Rasmussen, que la atiborran de diálogos innecesarios y estúpidos, y la obligan a acciones arbitrarias o forzadas.
Más allá de alguna esperanza aislada, era previsible que la vuelta al ruedo de John Carpenter fuera una decepción. Quizás, sorprende la falta de personalidad, y la poca originalidad de la propuesta. Sin embargo, la decadencia de los Grandes Maestros del Terror también es hoy un cliché. Y la verdad, es que todos los años hay gratas sorpresas y películas por encima de la media en este género. Sin ir más lejos, la cuarta parte de Scream, la fiesta gore de Piraña 3D y la vuelta a las raíces que propone La noche del demonio nos han dejado buenas sensaciones. Y al querido John todavía le debemos respeto y admiración, sin dejar de señalar que Atrapada es mediocre, bastante mediocre.